Los enfermos murcianos aquejados de patologías respiratorias que precisan asistencia domiciliaria con equipos de oxígeno han empezado a rebelarse contra el Servicio Murciano de Salud por reducir en un 30% el presupuesto dedicado a la prestación de este servicio. El rechazo se ha movilizado en redes sociales y por el momento hay cerca de 3.000 firmantes de la iniciativa.
Ha sido un enfermo crónico, Fran Rabal, el que ha impulsado la propuesta con su testimonio. “Tengo Distrofia Muscular de Duchenne y necesito usar un respirador constantemente. Me parece inaceptable que el Servicio Murciano de Salud (SMS) vaya a reducir un 30% el presupuesto destinado a terapias respiratorias domiciliarias y oxigenoterapia. Una bajada del presupuesto que puede mermar la calidad del servicio y el mantenimiento de los equipos, sin ofrecer la última tecnología disponible, afectando a las 40.000 personas que requieren algunos de estos tratamientos, 2.000 de ellas de forma constante las 24 horas del día”.
Presupuesto a la baja
La decisión del Servicio Murciano de Salud de convocar un concurso para la prestación del servicio de terapias respiratorias domiciliarias (TRD) con una bajada de precio de licitación del 30% ha generado enorme polémica en Murcia. Con esos precios ninguna de las grandes empresas, Linde y Air Liquide, que venían prestando el servicio hasta ahora, se han presentado por considerarlo inasumible.
Por el contrario, han sido empresas sin experiencia en la actividad, como las filiales de las constructoras Acciona y Ferrovial las que se han concurrido a la adjudicación asociadas a empresas locales dedicadas a limpieza y saneamiento o a la gestión de residencias de ancianos.
Asociaciones, precupadas
Asociaciones de enfermos, como los de fibrosis quística, y neumólogos de la Sociedad Murciana de Patologías Respiratorias se han sumado a esta preocupación ante el temor de que la reducción de precios afecte a la operativa del servicio.
También han expresado su temor por la posibilidad de que la presencia de empresas inexpertas genere una caída de la calidad de un servicio del que depende la salud de 40.000 enfermos en toda la comunidad murciana.