Dos años, entre el 2012 y el 2014, tardó la empresa Media World (filial de Imagina U.S. que a su vez está asociada a la española Imagina, que controla Jaume Roures) en hacer efectivo el millón y medio de dólares que, en concepto de comisión, pagó al directivo de la Asociación de Fútbol del Caribe (AFC) Jeffrey Webb a cambio de obtener los derechos de difusión y comercialización “asociados a los partidos que jugarían las asociaciones de las AFC para clasificar para los mundiales de 2018 y 2020”.
Así se expresa el FBI en uno de sus informes a los que hace referencia la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela en el auto con el que hace dos años autorizó el registro de las sedes del grupo Imagina en Barcelona y en Pozuelo de Alarcón, Madrid.
Testigo protegido
Según esta documentación, Gerard Romy, considerado como la mano derecha de Roures, puso en contacto a un alto directivo de Media World con un socio llamado Costas Takkas. Ambos tenían que ejecutar los pagos a Webb. Ese alto directivo de Media World acabó siendo colaborador del FBI y testigo protegido (TC2) en el este sumario que se investiga en Miami por corrupción entre particulares y blanqueo de capitales y que afecta a directivos del holding Imagina.
Según la documentación referida, en 2014 TC2 transmitió hacía la arcas de Webb 500.000 dólares en lo que entonces suponía el último plazo del pago de la mordida.
Reuniones conspirativas
El FBI constata que TC2 y Takkas se reunieron en varias ocasiones en el sur de Florida “con el propósito de arreglar los pagos” por parte de Sports Tournaments and Rights Inc, sociedad sugerida por Romy para vehicular el dinero que Media World debía de abonar al directivo del la AFC.
La mecánica para satisfacer el soborno acordado fue diseñada, según los datos sumariales, por la mano derecha de Roures, Gerard Romy, cuyo despacho en Barcelona la juez Lamela ordenó registrar a petición de la Fiscalía de EEUU en diciembre del 2015.
Romy definió una estrategia en la que, para disimular el pago, se movió el dinero por cuentas bancarias de Panamá, Nueva York, Florida y se utilizó la intermediación de abogados nativos de las Islas Caimán.