El cementerio de Montjuïc, en el que se derrumbó un bloque de 144 nichos y afectó a 358 difuntos, continúa desatendido. La Síndica de Greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, alertó el pasado miércoles de que el camposanto más grande de la capital catalana estaba en un estado preocupante de dejadez y precariedad.
Ella misma animó a quien escuchara su alerta a “pasearse por el cementerio para comprobarlo”. Aseguró que puede repetirse otro hundimiento similar al ocurrido el pasado 15 de septiembre si el Ayuntamiento de Barcelona no hace algo para remediarlo.
Cristales en el suelo
Y así es como se han encontrado el cementerio este fin de semana los que lo han visitado, con algunas de las lápidas destrozadas; los marcos que las protegen por el suelo; los cristales esparcidos alrededor y las flores que permanecen en recuerdo al difunto enterrado, caídas.
Algunos bloques de nichos del mismo centro situado en la montaña de Montjuïc están hundidos por el peso que soportan. Cabe tener en cuenta que se reforzó la estructura edificando la parte de abajo, primero, y posteriormente se le añadió la parte superior, con el sobrepeso que conlleva.
Así es como se llevó a cabo con el bloque afectado por el derrumbe y ese precisamente es uno de los puntos débiles que aparece en el primer informe del consistorio, en el que señala la inadecuación de los materiales de construcción utilizados.
El doble de presupuesto
Tras el mensaje de alerta de la Síndica, el equipo de gobierno de Ada Colau con el concejal de Presidencia al frente del asunto, Eloi Badia, sostiene que se trabaja en la línea de lo que Vilà recomendó.
Lo asegura a este medio una portavoz del Ayuntamiento de Barcelona y recuerda que en la rueda de prensa de septiembre, cuando los comunes dieron explicaciones sobre el hundimiento, ya avisaron de que aumentarían el presupuesto de mantenimiento de los cementerios. Desvela que se doblará.