Gala Pin es la concejal del distrito de Ciutat Vella de Barcelona y en su día fue okupa. De ahí que esté teniendo tantos conflictos --internos y no tan internos-- en el caso del edificio La REA (Residencia de Estudiantes Autogestionada), una casa a la que entraron un grupo de antisistema hace años y que ella ordenó desalojar hace un mes.
La concejal de Barcelona en Comú envió a la Guardia Urbana de Barcelona (GUB) a través de los agentes de la Unitat de Suport Policial (USP) --los antidisturbios de la policía local de Colau a los que los comunes han cambiado el nombre en un ejercicio de aparente lavado de imagen--.
“Colau, tú antes molabas”
A los okupas no les gustó demasiado que su excolega antisistema fuera la ejecutora del desalojo y, tras mostrar resistencia para salir de la que hasta entonces tomaron como su casa, entraron en la concejalía del distrito que se le asigna a Pin. Entonaban cánticos críticos con el gobierno municipal actual del tipo “Colau desokupa, el barrio se moja” --era un día lluvioso-- y dejaban pintadas a su paso con mensajes como “Colau, tú antes molabas”.
Gala Pin había avisado horas antes en sus redes sociales del desalojo que iban a ejecutar los policías y se excusaba con el argumento de los motivos de seguridad y recordaba su pasado: “Nunca he escondido que hace años yo era okupante, la okupación es una herramienta para denunciar la especulación, para hacer trabajo en el nivel del vecindario y para muchas acciones reivindicativas más”.
Miedo de la GUB
Ahora, los okupas de La REA publican en sus redes sociales que el Ayuntamiento de Barcelona ha ordenado el segundo desalojo inminente del edificio “después de la brutalidad policial de la Guardia Urbana, el ejercicio de resistencia y la reokupación del edificio”.
Hacen un llamamiento a todos los compañeros que quieran apoyarles en su guerra particular contra la concejal Gala Pin, critican irónicamente al “ayuntamiento del cambio” y proponen apostar por “la resistencia y la lucha en las calles. No permitiremos que su represión ni los abusos de poder queden impunes o sin respuesta”.
Mientras tanto, agentes de la Guardia Urbana temen que la actuación del equipo de gobierno de Ada Colau sea una pantomima. Perciben que, en el segundo desalojo de la casa okupada, la concejal se preocupe más por su imagen pública ante el colectivo antisistema que por cumplir la orden judicial que dicta que se vacíe el edificio ante el aviso de los bomberos por posible derrumbe.