El papel del Ayuntamiento de Barcelona y de Cementiris, empresa que gestiona el cementerio de Montjuïc, ha sido el principal motivo de indignación de las familias afectadas por el derrumbe de un bloque de 144 nichos en septiembre. Ni Eloi Badia, concejal de Presidencia del consistorio, ni Jordi Valmaña, director de la compañía titular del servicio han sabido estar a la altura de las circunstancias.
A ello se le suma el mal estado del camposanto, que fecha del año 1883, y al plan director de los cementerios de Barcelona en el que el ayuntamiento ha destinado ya 12,5 millones de euros desde 2012 para la mejora y rehabilitación. Algo ante lo que los familiares se muestran descreídos, dada la situación.
Cadáveres al descubierto
El derrumbe ocurrido en septiembre, no fue el primero que sucede en ese mismo recinto, provocó desperfectos tales que hasta cinco empresas han rechazado trabajar en la reparación, según explican a este medio fuentes cercanas al caso.
Una prueba latente no solo del panorama del cementerio de Montjuïc, sino de la dudosa gestión de Badia y Valmaña en el asunto, es que los trabajos de rehabilitación están dejando otras tumbas al descubierto, por lo que cualquiera puede divisar la bolsa mortuoria de los cadáveres enterrados allí.
Las mismas fuentes apuntan que los propios operarios encargados de las obras desconfían de que el trabajo que están realizando vaya a servir de algo y creen que hay falta de seguridad y puede volver a producirse un nuevo derrumbe en cualquier momento.
Sin noticias de Badia
El concejal de Presidencia, también presidente de Cementeris de Barcelona, prometió a las familias de los afectados por el derrumbe que se reuniría con ellas cada 15 días. Una vez más, no ha cumplido con su palabra, por lo que desde mediados de septiembre, se han reunido únicamente dos veces.
El último encuentro se produjo el pasado 12 de noviembre, con una semana de retraso, y no han tenido noticia alguna del equipo de gobierno de Ada Colau para fijar una nueva fecha. “Es vergonzoso y aquí todo el mundo sigue en su poltrona, Eloi Badia, Jordi Valmaña y Ada Colau”, explica Lluís Caritj, familiar afectado por el hundimiento.
Argumenta que la alcaldesa de Barcelona, por dignidad hacia los afectados, “podría salir a decir algo, ya que después de tres meses ya está bien de este ocultismo en un tema tan serio”. Añade que no abandonarán la lucha por conseguir lo que piden y que “una plaquita recordatoria” no lo resuelve todo.