Las nacionalizaciones sanitarias del exconsejero catalán de Salud Toni Comín han desaparecido de los programas electorales de los partidos que concurren a las elecciones autonómicas del 21 de diciembre.
ERC y Junts per Catalunya (JxCat) han enterrado el proyecto del exconseller republicano de cortar los conciertos sanitarios del Hospital General de Cataluña (HGC) de Sant Cugat del Vallès (Barcelona) y el Hospital Sagrat Cor de Barcelona, y de comprar el primer centro.
Según los programas electorales de las formaciones que apoyaron con más o menos matices las exclusiones de las instituciones de enfermos agudos que impulsó Comín, sólo la CUP está dispuesta a darles continuidad.
"Diversidad de proveedores"
Tanto Esquerra como JxCat evitan referenciar esta política concreta. Los republicanos desgranan diversas medidas para reforzar el carácter universal de la sanidad, teniendo en cuenta el factor socioeconómico.
Por su parte los neoconvergentes apuestan por "garantizar la sostenibilidad de un sistema" que admiten que tiene "una diversidad de proveedores".
El resto de partidos tampoco están por la labor. Catalunya en Comú Podem garantiza que "consolidará una sanidad pública, integral y de calidad para todos" y avanza que "desmercantilizará" la provisión sanitaria autonómica, sin ir más allá.
El PSC, a su vez, habla de "una atención sanitaria de calidad", de un plan de choque de tiempos máximos de espera y de aumentar recursos a la atención primaria, entre otras propuestas. Ciudadanos cita una "reversión de recortes", un nuevo plan de listas de espera y la reforma del primer nivel asistencial.
El PP, por último, está ultimando sus propuestas.
"Su propio partido le frenó"
Preguntadas por la cuestión, fuentes del sector sanitario catalán arrojan más luz sobre la desaparición de los programas electorales de la política de expulsión de los centros concertados de la red Siscat, que agrupa a los prestadores de servicios asistenciales del Servei Català de la Salut (CatSalut).
"El propio partido del exconseller, Esquerra, frenó esa política. Y esa rectificación se ha demostrado acertada: los hospitales públicos por sí solos, como es el caso de la Corporación Sanitaria Parc Taulí de Sabadell (Barcelona), no están pudiendo absorber toda la actividad de la zona", han indicado.
"No se ha llegado ni al pico de la gripe y muchos centros de la red pública están ya al límite. La diversidad de proveedores en la sanidad catalana se ha reivindicado a sí misma. La apuesta de Comín no ha resistido el baño de realidad", han agregado las mismas voces.
CCOO: "Fue un error"
Inquirida sobre el mismo asunto, la representación de Comisiones Obreras (CCOO) en el Hospital General valora la iniciativa con más calma.
"Fue un error desde el principio. Se demostró que no puedes cortar la derivación de actividad sin un plan b. El Taulí está ahora sufriendo. Tiene a pacientes hacinados en los pasillos y eso que Salud sólo expulsó a uno de los tres centros: la Clínica del Vallès", ha indicado una portavoz de la agrupación.
"Este sindicato está a favor de la sanidad pública. Pero prometer expulsar a tres hospitales del Siscat y luego ofrecer comprar uno indica una cosa: tu primera propuesta te desbordó y luego intentas reconducirla. Todo el plan era insostenible", ha remachado la misma fuente.