Alguna mente perturbada de El País ideó el desquiciado experimento de someter a una persona al visionado único de TV3 durante siete días. Esto es Una semana viendo solo TV3, título del citado periódico del que por falta de tilde en "solo" se infiere que la prueba se realizó, además, en condiciones de aislamiento extremo del sujeto cobaya. Escalofriante.
La víctima de tamaña tortura no refiere daños psicológicos, y en un ponderado texto aporta decenas de ejemplos de manipulación, propaganda y adoctrinamiento, juntos y por separado, que van desde la no información sobre el acatamiento de Forcadell en el Supremo al no Polònia de hace dos jueves pasando por el "informativo" para los niños sobre los presos "políticos". Un infierno del que el conejillo de Indias sale indemne, pero horrorizado por las cifras de audiencia de la cadena, cuyos telenotícies suscitan la atención de uno de cada cuatro catalanes.
Se abre un sendero en el periodismo gonzo, una nueva frontera tras los 22 días de cancaneo de Samanta Villar y el episodio de Callejeros en el barrio de las tres mil viviendas de Sevilla. Mirar TV3 se puede convertir en objeto de retos tipo a ver quién aguanta más tiempo la maratón del proceso o récord mundial de rato seguido delante del 3/24.
Pudiera ser que la no aplicación del artículo 155 en los medios públicos haya sido una hábil maniobra del malvado Rajoy para que el mundo que nos mira tanto aprecie la inestimable colaboración de los satélites de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) en la creación de la realidad paralela de la republiqueta.
De ser así, Xavier García Albiol no se ha enterado. Pues no va y denuncia a TV3 y Catalunya Ràdio en la Junta Electoral por dar en directo la manifa de la calle Marina... Pinchó en hueso toda vez que doce días antes la misma televisión dio el mismo tratamiento (en lo del directo, no en todo lo demás) a la mani del selfie de Arrimadas, Iceta y el antecitado dirigente del PP. Como es obvio, el palo de ciego fue muy celebrado en la Radio Terribas y Tele Sanchis y convenientemente archivado en el fichero "No ho oblidarem mai".
Ricard Ustrell ha dicho basta. No le da la vida para presentar El suplement de Catalunya Ràdio por la mañana y Preguntes freqüents por la noche en TV3. Dejará la tele a finales de año para centrarse en la radio, donde aduce que no hay tanta presión política. La productora, El Terrat de Buenafuente, pretende que el programa continúe. Que lo presente Sallés.