Según datos de la Comisaría General de Policía Judicial, en lo que llevamos de año se ha contabilizado en España una media de 100 secuestros virtuales al mes; una cifra que, si sigue esta progresión, superaría los mil casos registrados el año pasado.
Los datos con los que trabaja la sección de secuestros y extorsiones de la policía revelan que los delincuentes sólo logran cobrar el rescate en un 5% de los intentos. Y la petición económica difícilmente supera los 3.000 euros.
Los secuestros virtuales se inician con la llamada telefónica de una persona no identificada que informa a amigos o familiares de la supuesta víctima de que ésta ha sido secuestrada y se les exige el pago inmediato de dinero o "acabaremos con su vida".
Las redes sociales
En realidad ese secuestro no se ha producido y los delincuentes aprovechan el tiempo que trascurre entre la llamada y el momento en que los familiares o amigos de la supuesta víctima la localizan y advierten que se trata de una pantomima.
Pero durante ese tiempo, el receptor de la llamada no lo sabe y llega a creer al comunicante porque éste aporta datos fidedignos del lugar o de la actividad que la víctima "estaba realizando" en el momento del supuesto secuestro.
¿Cómo obtienen las mafias dicha información? Normalmente a través de los datos personales que la gente expone en sus redes sociales. Por ejemplo: "Mañana por la tarde nos vamos a la Costa Brava a pasar una jornada de playa". Esa información, captada por el grupo mafioso, sirve de munición para dar apariencia de credibilidad al secuestro.
Chile, en el punto de mira
La policía ha detectado que durante 2016 más de 400 de estas llamadas se han producido desde teléfonos ubicados en celdas de cárceles chilenas. Es decir, el extorsionador, en coordinación con sus enlaces en España, llama desde aquel país. Según la Policía de Investigación chilena (PDI), el año pasado se incautaron 75.000 teléfonos en las cárceles .
La situación es de máxima preocupación hasta el punto de que la policía española y la chilena se han reunido para coordinarse en la lucha contra estos delitos.
La policía pide prudencia a la hora de manifestar datos personales en las redes sociales.