La invasión de la vía pública en Barcelona por todo tipo de actividades más allá de las peatonales no es ninguna novedad. Cuando las protagonistas empiezan a ser con insistencia las bicicletas, la historia cambia. Los vecinos denuncian que una empresa privada de alquiler de bicis infringe la Ordenanza de Circulación y obstruye el paso de las personas. Es el bicing salvaje que ocupa las aceras tanto por medio de sus aparcamientos --con frecuencia se apropia de los que el ayuntamiento pone a disposición de los usuarios-- como de sus clientes, que circulan por las zonas peatonales sin ningún reparo.
Concretamente, se trata de la firma Donkey Republic, una compañía privada con sede en Dinamarca y que se define "completamente legal porque pagamos impuestos en España". Junto con DropByke, son las dos compañías de arriendo que más operan en Barcelona.
Aparte de la Ciudad Condal, en España, también tiene negocio en Málaga y Madrid. El alquiler de un ciclo tiene un precio de 12 euros al día. Lo más curioso: publicitan Barcelona con eslóganes como "exploring the barrio", "cycling is muy guay" o "The Raval alternativo", entre otros. Toda una atracción para el turista que quiere recorrer la ciudad y gastar poco dinero. Cuentan con una flota de unas 300 bicicletas y con numeras bases de parking distribuidas por toda la ciudad.
Las bases de Donkey Republic en Barcelona / CG
Caos en Sant Antoni
Los vecinos de Sant Antoni son los más afectados por esta situación. Explican que es un servicio orientado "totalmente al turista extranjero" y denuncian la "inacción del ayuntamiento" al respecto. Fuentes del consistorio barcelonés han confirmado a Crónica Global que "conocen el tema y que están trabajando para solucionarlo cuanto antes".
El malestar es palpable: "Van a tope, ocupan toda la acera", comenta Vladi Olivella, miembro de la plataforma Fem Sant Antoni. Los vecinos entienden que el Ayuntamiento de Barcelona fomente el uso de la bicicleta y que haga campaña para acabar con la polución. Lo que no comprenden es por qué "no se lucha contra estas multinacionales, que no respetan la legislación. Es lo último".
"Solo falta que nos echen de la calle"
La organización vecinal ha recibido numerosas muestras de apoyo desde mediados de mayo, cuando empezó a fraguarse el fenómeno. Residentes de otras zonas se han unido a la reivindicación. Explican que "se pueden ver por toda la ciudad, es alucinante".
Olivella indica que se trata de otra de las características del "turismo masivo" que vive la ciudad. Sant Antoni es uno de los barrios más afectados por el fenómeno: "Solo falta que después de echarnos de casa, nos boten de la vía pública".