Un 40% menos. El Instituto Catalán de Salud (ICS), la empresa pública adscrita al Departamento de Salud, que comanda Toni Comín, ha recortado el presupuesto de salida del macroconcurso de suministro de tiras reactivas y medidores de glucosa en sangre, herramientas vitales para los 500.000 catalanes que sufren diabetes.
Ante el presupuesto de partida de la nueva adjudicación, que alcanza los 55 millones, la Associació de Diabètics de Catalunya advierte de una "merma de la calidad" de los elementos que usan los pacientes.
"Si se recorta el presupuesto, al menos se podría optar por una tecnología más avanzada que facilitara nuestras vidas", ha reclamado Rubén Celada, vicepresidente y vocal de sensores de la entidad.
90% menos de pinchazos
No ha sido así. El ICS ha publicado unos pliegos de contratación con tecnología "de menor calidad" y que rehúye los avances más modernos en medición del nivel de azúcar en sangre. Dichos métodos ya se aplican en varios países europeos, incluso en España, en la Comunidad Valenciana y Extremadura.
"Hablamos de la monitorización continua de glucosa. Este sistema ahorra hasta un 90% de pinchazos a los pacientes. Es más amable para los niños, pues les permite hacer una vida normal. Y hace una estimación del nivel esperado de glucosa, lo que evita episodios de hipoglucemia", explica el activista.
Según él, el instituto que comanda Candela Calle no ha incluido el suministro de este material en la licitación de 2016 —que ha encallado, como avanzó Crónica Global— "pero lo podría agregar más adelante, si fructifican las negociaciones".
Recurso y contrarecurso
Celada subraya que la adjudicación "está un tanto enmarañada este año". Lo grave, no obstante, es lo que pasó antes. "El ICS la lanzó el año pasado. La suspendió y repitió. Pero el presupuesto siguió siendo menor al de 2012", asevera.
Fuentes médicas subrayan que el tropiezo del ICS con la macrolicitación "no perjudicará a los pacientes, que seguirán recibiendo el material de un pool más pequeño de proveedores".
Según la misma fuente, "los recursos son relativamente habituales en este tipo de concursos, donde hay muchos millones en juego. En este caso, no obstante, quienes resultan más perjudicadas son las empresas".
Tercera carpeta
Sea como fuere, la adjudicación de la diabetes en Cataluña es la tercera carpeta complicada que recala en la mesa de los gestores de la sanidad catalana. La primera fue el concurso de oxigenoterapia, que el Servicio Catalán de Salud, el CatSalut, anunció que repetiría en febrero tras detectar errores en el pliego de condiciones.
El año pasado, Salud se vio obligada a modificar la macrolicitación del transporte sanitario urgente y no urgente. El polémico concurso de ambulancias, con un presupuesto de más de 2.000 millones, duró menos de un año con su configuración final.
Antes, la licitación generó recursos, denuncias públicas e incluso una reclamación formal ante la fiscalía.