Prisión incondicional y sin fianza para los urbanos acusados de matar a un compañero
La juez estudia si hubo premeditación y alevosía en la presunta actuación de los detenidos
16 mayo, 2017 23:15La titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Vilanova i la Geltrú (Tarragona) ha decretado prisión incondicional y sin fianza para Rosa Peral y Alberto López, los dos guardias urbanos de Barcelona acusados de la muerte de otro compañero del mismo cuerpo policial --Pedro Rodríguez-- cuyo cadáver apareció calcinado en el maletero de un coche --también quemado-- cerca del pantano de Foix (Barcelona) el pasado 4 de mayo.
La magistrada, tras tomar declaración a los dos detenidos, no ha decidido todavía si les imputa un delito de homicidio o uno de asesinato --dependerá de si estima que hubo premeditación y alevosía en la actuación o no--, una cuestión que pospone para más adelante. Las diligencias del caso siguen secretas.
Un testigo
Los dos detenidos han respondido a todas las preguntas que les han sido formuladas por las partes personadas en la causa durante su comparecencia ante la juez.
Las declaraciones de Peral --de 33 años-- y López --de 36-- se han prolongado por espacio de dos y una horas, respectivamente. Estas han estado precedidas de la declaración de un testigo, y se han llevado a cabo después del análisis del informe psiquiátrico resultante del examen al que ha sido sometida la acusada por indicación de la magistrada.
La fiscalía cree que actuaron "conjunta y concertadamente"
La fiscalía, que ha pedido el ingreso en prisión de los dos detenidos, considera que ambos actuaron "conjunta y concertadamente" para acabar con la vida de Rodríguez.
Cabe destacar que la juez ha ordenado el ingreso de los dos acusados en cárceles separadas, y ha ordenado a las autoridades penitenciarias que habiliten zonas especiales para ellos en dichos centros dada su condición de agentes policiales, un procedimiento que es habitual en estos casos.
Trama sentimental
Rosa Peral era pareja del fallecido, Pedro Rodríguez, pero las investigaciones policiales apuntan a que también matenía una relación sentimental con el otro detenido, Alberto López, lo que apunta al móvil pasional como posible detonante de los hechos.
Los dos encausados pertenecían a la misma Unidad de Apoyo Diurno (USD) de la Guardia Urbana y patrullaban juntos, y se han visto implicados en actuaciones polémicas del cuerpo.
Los Mossos reabren el caso del mantero fallecido
Ella fue uno de los agentes que participaron en una intervención en Montjuïc contra el top manta el 9 de agosto de 2014 en la que un paquistaní cayó por un terraplén de 30 metros al huir de la policía y murió.
Durante esa actuación, la policía resultó herida por arma blanca y finalmente el caso se consideró un accidente por parte de los Mossos, que llevaron la investigación.
Sin embargo, ahora la policía autonómica ha ordenado la reapertura del caso ante la sospecha de que el fallecimiento del mantero pudo no haber sido un accidente, sino inducido por la agente detenida.
Pornovenganza y agresiones
Peral está también pendiente de un juicio porque fue víctima en 2008 de una supuesta venganza con una foto sexual (una pornovenganza) por parte de la que entonces era su pareja, un subinspector del cuerpo que está pendiente de juicio por difundir la instantánea a todos los contactos del correo electrónico de ella. Esta cita judicial que se aplazó, tras el hallazgo del cadáver, hasta el 26 de octubre.
El otro detenido, Alberto López, fue condenado por un juzgado de Barcelona por una falta de lesiones a un mantero al que le dio una paliza en una actuación en Ciutat Vella en 2012.
Asimismo, la victima, Pedro Rodríguez, llevaba un tiempo de baja y tenía un expediente disciplinario abierto tras haber sido denunciado por un motorista por haberle agredido durante una actuación policial en la carretera de l'Arrabassada, aunque finalmente el joven retiró la denuncia.
La frialdad de la acusada
Por otra parte, fuentes de la investigación han destacado la frialdad con la que actuó la detenida tras descubrirse el cadáver de su pareja, antes de que se la implicara con su muerte. Al conocerse el crimen, Peral solicitó protección para ella y para sus dos hijos porque temía por su vida. Y así se le concedió.
Además, la acusada asistió junto al otro detenido a una cena organizada por la unidad en la que ambos trabajaban después de la desaparición de su pareja --el 2 de mayo-- pero antes de que se hallara su cadáver. Y posteriormente --cuando todavía no se la había vinculado al asesinato-- acudió a un homenaje que los compañeros del fallecido rindieron a este en la pista forestal donde le encontraron.