La mano de una anciana con la pata de su gato / CG

La mano de una anciana con la pata de su gato / CG

Vida

Le robó 40.000 euros mientras le cuidaba el gato

Una mujer de 91 años, exvedete del Paralelo, denunció a un vecino a quien le confió su mascota mientras a ella la operaban de una pierna

26 abril, 2017 00:00

La denunciante tiene 91 años y vive sola desde que, hace más de 40 años, abandonó el plantel de bailarinas de uno de los teatros más relevantes del Paralelo barcelonés.

A principios de 2014, el dolor en una de sus rodillas se hacía inaguantable y los médicos le plantearon una intervención quirúrgica. La mujer accedió, pero su ingreso hospitalario y su convalecencia hospitalaria le planteaban un problema:  ¿quién iba a cuidar de su gato?

La mujer, que no tiene familia cercana, recurrió al vecindario. En concreto, al vecino del piso de arriba, un hombre recién llegado al inmueble que ocupaban en pleno Eixample de Barcelona.

Buen samaritano

El vecino accedió gustoso a cuidar de la mascota. La mujer le entregó las llaves  de sus casa, confiada y agradecida ante la amabilidad y predisposición de aquel hombre. Sin embargo, aquella fue la peor decisión que pudo tomar.

El imputado, en una de sus entradas en el domicilio de la mujer para dar de comer y beber al felino, encontró sus tarjetas de crédito y, junto a ellas, los números pin que la nonagenaria, falta de memoria, había apuntado en una libreta para que no se le olvidasen.

Expolio constante

Así, tras la operación, durante las semanas de covalencia y los meses consiguientes, el cuidador del gato fue sacando de la cuenta de la anciana unos 5.000 euros al mes, lo que, a lo largo de los meses, sumó, según la fiscalía, más de 40.000 euros.

El fiscal pide para el imputado tres años de cárcel por apropiación indebida con distintos agravantes. La acusación particular solicita cuatro años.

Durante el juicio, que se acaba de celebrar en la Audiencia de Barcelona, el imputado ha declarado que la mujer le autorizó el uso de la tarjeta y que el dinero retirado era el pago acordado por cuidar de su gato. El juicio ha quedado visto para sentencia.