El Ayuntamiento de Viladecans ha aclarado el miércoles que la denuncia de una familia del municipio contra la funeraria Áltima por la supuesta "venta agresiva" de un servicio funerario no implica a una vecina del municipio. La corporación ha matizado que la fallecida, una mujer de 56 años, no figura en el padrón municipal "ni había sido atendida en servicios sociales".
Un portavoz del ejecutivo local ha indicado que la defunción se produjo en una residencia de Castelldefels, y que la contratación del entierro tuvo lugar en el tanatorio que comparte esta localidad con Gavà.
Cabe recordar que la familia de la mujer ha presentado cinco denuncias ante la Agencia Catalana de Consumo, pues entienden que el producto, que costó más de 6.400 euros, no debía haberse ofrecido, pues la mujer era pensionista y tenía derecho a un entierro de beneficencia.