Muchos lo descubrieron en Telecinco en los años 90, con nombres como Hulk Hogan o El Último Guerrero. Pero lo cierto es que ya existía. El pressing catch tiene pasado en España. "Se practicaba en los teatros. Hay precedentes en el Apolo y otras salas", explica Miquel Vidal. Este deportista-actor es uno de los seis fundadores de RiotBCN Wrestling, uno de los clubes más importantes de lucha libre de nuestro país. El joven coordina una comunidad de 70 personas en su gimnasio, la mayor de la península, y una serie de shows que tienen una narrativa común.
"Además de luchador soy actor. No conozco ninguna actividad así", declara. En efecto, RiotBCN Wrestling conjuga lo mejor de dos mundos. Los luchadores entrenan varias veces por semana en un gran local del pasaje Vintró, muy cerca de la Meridiana de Barcelona.
También participan en un circuito de shows en los que pelean en base a tramas como bodas o rencillas espontáneas. "Los espectáculos tienen continuidad. Los luchadores guardan sus agravios de un combate a otro: si uno arrebata el cinturón a un rival, éste lo recordará para el próximo encuentro y actuará como si estuviera herido", explica.
Pero, ¿es real?
A menudo, la primera pregunta que asalta a las personas que piensan en wrestling o pressing catch es si es real. "Los golpes se dan y suenan, eso te lo aseguro. Lo soportamos entrenando mucho, una gran parte de nuestro entrenamiento es físico. Ello nos da una tolerancia al dolor mayor de lo convencional", agrega Vidal.
Un viernes cualquiera, una treintena de miembros de Riot BCN Wrestling sudan a chorro en su local. Los dirige un entrenador canadiense que practicó el deporte en su país. Ellos y ellas, porque también hay mujeres, no paran: abdominales, sentadillas, flexiones y toda suerte de ejercicios. Entrenan en círculo y se animan unos a otros.
Intercalan los ejercicios con apenas segundos de descanso. Después, y sólo tras haber sorteado la intensísima sesión, suben al ring.
"Que la gente no mire el móvil"
Es precisamente en el cuadrilátero donde Miquel y sus compañeros aprenden los secretos del deporte. ¿La clave? "Hacer todo tipo de llaves para que el público no se aburra. Durante diez minutos hay que mantener a la gente en vilo. Nuestro mayor enemigo es el móvil, no el rival", subraya.
Clase en el RiotBCN Wrestling
La contienda es pues "un trabajo en equipo", en el que dos o más luchadores intercambian golpes, presas, barridos, lanzamientos, puñetazos, marrullerías, patadas y otras caricias para vencer al otro combatiente.
"Si alguien se cree que los topetazos no duelen, se equivoca. Claro que duelen. Y dejan marcas rojas y magulladuras. Pero es parte de un espectáculo, no de la inquina. La base es, precisamente, el respeto mutuo", destaca.
¡Socorro! Mis hijos quieren hacer 'wrestling'
Miquel Vidal, deportista-actor y fundador de RiotBCN Wrestling
Este valor es uno de los pilares del deporte de contacto. "Si tu hijo quiere entrenar en Riot BCN Wrestling, puede hacerlo perfectamente. La tolerancia es un pilar esencial. Y, de hecho, tenemos programas para chicos a partir de 14 años. Adaptados a su edad, claro".
¿Qué aprenderá el menor? "El compañerismo, hacer bien las cosas, repetir una y otra vez hasta que salgan bien; la constancia", enumera Vidal.
El fundador de esta asociación sin ánimo de lucro aporta otro argumento. "Nuestros shows son familiares. Queremos divertir, que adultos y chavales pasen un buen rato", aclara.
Cantera de luchadores
Imagen del interior del RiotBCN Wrestling
Además de una manera de pasar una tarde --para el público-- y de una forma de ponerse en forma --para los luchadores-- el wrestling español actúa de cantera de formación de actores para las grandes mecas de la lucha.
"Tenemos a un chico que luchó un mes en Japón e incluso salió por televisión. Dos de nuestros miembros irán ahora a Estados Unidos a pasar una prueba para una asociación", informa el joven.
Asimismo, Riot BCN y las asociaciones hermanas de Madrid (Triple W), Euskadi (Pro-Wrestling Euskadi) y Cádiz (South Wrestling Championship) organizan eventos con luchadores de varios clubes para dar a conocer la actividad, mucho más popular en Reino Unido, Japón, Estados Unidos y México.