Cuando el Tribunal de Cuentas llamaba a su puerta, Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) presentaba unos papeles maquillados, aparentemente solventes e inmaculados desde el punto de pista del proceso contable. Pero en la trastienda, en la denominada cocina del partido, se manejaban otros datos.
Mucho dinero que se captaba de forma ilícita, se escondía de forma premeditada y se movía desde una opacidad poco o nada disimulada, según apunta el sumario del caso 3%.
Contabilidad en ‘A’ y en ‘B’
A la contabilidad en A se le añadía la que se gestionaba en B. Las aportaciones de los “mecenas” o “filántropos ayudadores” que de forma recurrente entregaban sobres al tesorero de la formación, Andreu Viloca. La Guardia Civil señala que el objetivo de este imputado en CDC era recaudar dinero innombrable y destinarlo después a finalidades nada pulcras.
Andreu Viloca, Josep Antoni Rosell, Antoni Vives, Francesc Sánchez y Xavier Tauler, los últimos detinidos en el marco del 'caso 3%' / CG
Los agentes identifican hasta 31 empresas que pasaron por el despacho de Viloca. Algunas de ellas ya han sido imputadas en la causa que persigue la presunta corrupción del entorno del partido. Nombres como Teyco, Emte, Rogasa, Grupo Soler o Viscan, entre otros.
Una tercera vía de aportaciones opacas
Pero al margen de este sistema, se movía otra contabilidad. La caja C de CDC. La de los paganinis. Un flujo económico de menor cuantía pero al parecer constante y opaco a ojos de los órganos de fiscalización y control.
Los agentes de delitos económicos de la Guardia Civil de Tarragona han constatado que al menos en 2013 todas estas aportaciones de dinero entraban y salían por la puerta de atrás de partido. De forma intensa y al mismo tiempo.
Camufladas como cuotas de militantes
Del sumario y a tenor de la forma en que se encadenan los hechos, el registro de la sede de la fundación asociada a CDC, Catdem; los que han tenido lugar en la sede del partido de la calle Córcega de Barcelona y el del domicilio particular de Viloca dejaron sin aliento a policías, fiscales e incluso al juez de El Vendrell (Tarragona) que instruye la causa.
Para empezar, las aportaciones de dudosa procedencia se camuflaban como cuotas de militantes. Donativos que proceden de cuentas bancarias extrañas. Se recogen ingresos por “actividades promocionales sin identificar el transmitente”.
Una contabilidad burda que en un solo ejercicio alcanzó los 350.000 euros.
Informe de auditoría interna secreto
La Guardia Civil encontró en el registro de CDC un informe de auditoría interna que refleja de forma literal que la “entidad no ha formalizado un protocolo de control interno que pueda ser sometido a la verificación por el Tribunal de Cuentas”. Es decir, los propios informes secretos sobre las cuentas del partido evidenciaban las irregularidades del sistema de autofinanciación que se había orquestado.
El fiscal Bermejo (3i) sale del puerto de Barcelona tras los registros de principios de febrero / EFE
Hay más. Algunos ayuntamientos como el de Vilafranca del Penedés inyectaron fondos en las contabilidades B y C del partido. El consistorio contaba en 2013 con un alcalde del mismo color político y se apuntaron en las cuentas de su partido madre como presuntos donativos. Sin embargo, no están declarados como tal. Estos ingresos oscilan entre los 19.000 y los 26.000 euros.
Aportaciones a Catdem
Catdem, por otro lado, recibió de la “cooperación de CiU” donativos por un valor de 217.850 euros en 2012 y de 662.000 euros un año después. El dinero se movía de un lugar a otro con absoluta ligereza, al menos en este último ejercicio según la documentación del sumario.
La formación independentista gastó en 2013 un total de 1.211.281 euros en “servicios informáticos, administrativos y jurídicos pero que no aplicó el IVA para ello, sin razón justificada”, tal y como consta en la auditoría interna del partido que cazó la Guardia Civil.
Impuesto de sociedades sin presentar
El levantamiento parcial del secreto del sumario del caso 3% ha permitido saber, además, que CDC no presentó en 2013 el impuesto de sociedades a las rentas no expuestas. Otra irregularidad, esta vez fiscal, del partido.