Al juez Joaquín Aguirre ya no le queda prácticamente nada a donde asirse. La Fiscalía Anticorrupción, Emilio Sánchez Ulled, de una forma ya definitiva, le ha dado la espalda después de casi nueve años de instrucción de la Operación Macedonia y de comprobar que las sospechas o elucubraciones del juez tenían poca o nula base y que su proceder procesal deja mucho que desear.
Se acaba de levantar el secreto de las actuaciones de la última pieza reservada de este sumario sobre narcotráfico y supuesta implicación en él de agentes de la Guardia Civil, la Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra.
Los miles de folios que ya han sido repartidos a las partes evidencian el definitivo divorcio del juez y el fiscal.
El juez investiga lo investigado
Aguirre tomó la unilateral determinación de investigar en secreto la desaparición de uno de los supuestos narcotraficantes imputados en la Operación Macedonia, Tarek Domínguez. Este hombre desapareció el 15 de enero del 2014 y, según un detallado informe de los Mossos d'Esquadra, ha sido asesinado por un clan rival.
El caso lo ha estado investigando el juez de instrucción número 17 de Barcelona que, sin embargo, y aún destacando el detalle de la investigación policial del grupo de desaparecidos de los Mossos, cree que no se puede dar por zanjado el tema --el cadáver no ha aparecido-- y, por lo tanto, quizá Tarek no haya muerto, sino que podría haber huido de la justicia o de clanes rivales, toda vez que se dice que colaboró con Aguirre en la investigación de la Operación Macedonia y eso le ha podido generar enemistades.
Sánchez Ulled frente a Aguirre
El fiscal anticorrupción ha pedido la nulidad de las diligencias de investigación telefónica ordenadas por el juez Aguirre en torno al terminal móvil de Tarek, en concreto sobre el tráfico de llamadas (de las compañías Jazztel y Orange) y "otros datos adicionales". Sánchez Ulled añade que "de conformidad con lo previsto en el artículo 588 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, previamente a adoptar la medida, el ministerio fiscal debería haber sido oído, cosa que no ha sucedido", Así, añade, "es un trámite nulo y sin efecto al no haberse precedido de un trámite preceptivo".
Aguirre, pocas horas después, reconocía el error y anulaba esa diligencia que tenía por objeto conocer el flujo de llamadas entrantes y salientes del teléfono móvil de Domínguez.
El fiscal ya no se calla
La reprimenda del fiscal no se circunscribe sólo ahí y a una cuestión de legítima disparidad de criterio procesal. Sánchez Ulled cuestiona la motivación de una parte sustancial de esta pieza secreta que ha durado dos años porque "Aguirre dedicó tiempo a investigar la desaparición de Tarek cuando de eso ya se encargaba otro juez".
Dice el fiscal: "La desaparición de Tarek en extrañas circunstancias ya está siendo investigada por un órgano judicial, distinto a este, el Juzgado número 17 de Barcelona, por lo tanto, todas las diligencias policiales de investigación al respecto deben de ser solicitadas o enviadas a ese órgano judicial. Este juzgado investiga la actividad delictiva del imputado pero no su desaparición, resultando claramente inconveniente esta duplicidad de actuaciones encaminadas en suma a un mismo objetivo: encontrar al desaparecido Tarek Domínguez".
Explicaciones... ¿para cuándo?
¿Por qué el juez, sabiendo que otro colega suyo tiene esas diligencias abiertas por la desaparición del imputado Domínguez, abre una pieza secreta y se pone a investigar?
Este es uno de los muchos interrogantes que algún día alguien deberá explicar para que se llegue a entender la trastienda de lo que se ha cocido y aun se cuece en la Operación Macedonia.