La Consejería catalana de Salud investiga una posible negligencia en el caso de la niña de ocho años de Blanes (Girona) que murió la madrugada del domingo tras esperar dos horas y media una ambulancia. El departamento que dirige Toni Comín ha subrayado que la supuesta existencia de mala praxis sólo se podrá determinar cuando termine el expediente informativo abierto para "determinar y dirimir responsabilidades".
El consejero de Salud lo ha comunicado personalmente en conversación telefónica con el alcalde de Blanes, Miquel Lupiáñez, este martes.
Según Comín, el foco de las pesquisas está centrado en qué profesional o grupo de profesionales dieron la orden de llamar a una ambulancia medicalizada pediátrica. El vehículo tuvo que viajar desde Barcelona, ya que este tipo de ambulancias especializadas están basadas en el Hospital Vall d'Hebron y el Hospital Sant Joan de Déu.
Con una UCI hubiera bastado
Salud quiere saber quién dio la orden por una razón: el traslado de la niña al Hospital Josep Trueta de Girona se podría haber realizado con una UCI móvil convencional.
En otras palabras: los médicos y la familia esperaron a un vehículo de Barcelona que no era necesario.
"La paciente estaba controlada y estabilizada", ha indicado Comín a Lupiáñez, según ha informado el consistorio.
Muerte por infección
El republicano ha dado más datos sobre el cuadro de la paciente. La pequeña falleció de una sepsis generalizada, una infección grave provocada por una reacción desproporcionada del sistema inmune que puede provocar un fallo orgánico.
Salud espera concluir la investigación el martes. De momento, el departamento ha rechazado la "focalización que se está haciendo contra el Sistema de Emergencias Médicas (SEM)". Según la consejería, la tragedia "no es atribuible a este servicio".