España, enganchada a los juegos 'online’
Las apuestas en la red, que superan ya a todas las loterías, atrapan a más de 600.000 españoles
12 diciembre, 2016 00:00La Lotería de Navidad, aseguran las cifras de Hacienda, no ha sufrido la crisis, en parte por las potentes campañas publicitarias lanzadas por Montoro y su equipo. Con todo, sólo factura 3.300 millones de euros, una décima parte de los 34.000 millones que mueve la industria de los juegos de azar en España.
La revolución, según datos recientes, ha venido del juego en internet, que supera ya en 72 millones los 8.680 que suman todas las loterías. Los usuarios registrados --para apostar es imprescindible hacerlo-- ascienden a 604.392. Casi el doble que hace un año. El auge del juego online es tal que, según la Dirección General del Ordenación el Juego (DGOJ), los premios repartidos durante el segundo trimestre de este año superaron en un 30% a los de hace un año.
"Uno de cada cuatro euros jugado en España ya es online”, sentencia José Antonio Gómez Yáñez, sociólogo de la Universidad Carlos III de Madrid, que añade que el la industria del juego ha salido de la crisis. Su actividad supone el 3% del PIB y da empleo a unas 60.000 personas, sobre todo en el ámbito de los salones de juego, casinos y locales de apuestas deportivas. Estos últimos establecimientos, donde se sirven cafés, vinos y copas con cierto ambiente lúdico, están proliferando en Madrid y Barcelona, especialmente de la mano del gigante gallego Egasa. La apuesta por este mercado, a través de su marca Luckia, ha duplicado la facturación en un año.
El rey fútbol
Así, las apuestas deportivas son el pilar de la industria. El año pasado movieron 5.395,5 millones, un 41,3% más que en 2014. Y, de esa cantidad, un 78% corresponde al ámbito online. También aquí el fútbol es el rey, con los equipos grandes como principales protagonistas. Se calcula que el último clásico Barça-Real Madrid propició apuestas en la red por más de 25 millones. Éstas giran en torno a temáticas tan heterogéneas como quién marcará primero, quién logrará clasificarse o el número de goles y penaltis.
Las casas de apuestas, conscientes del filón, tratan de que su publicidad invada el terreno de juego real. Propaganda de la que no se han librado las camisetas de los jugadores, como ocurrió con las del club merengue con Bwin hasta que Fly Emirates superó la puja.
Tragaperras en declive
La radiografía del panorama lúdico deja claro que las partidas de cartas del bar, que en 2012 atrapaban a un millón de personas, están de capa caída. Asimismo, las máquinas tragaperras se han desplomado a la mitad, con un millón de usuarios menos. También han perdido fuelle los bingos, que han bajado un 25%, así como las quinielas y los productos de la ONCE.
Por contra, los casinos siguen siendo juegos predilectos de los españoles y de los turistas. Sobre todo, a raíz de que algunas regiones han permitido abrir estos locales en los centros de las ciudades. Sin embargo, el póquer ha sufrido un descenso. Los especialistas consideran que "después de un boom, las personas se cansan de perder y lo abandonan".
En cualquier caso, los cuantiosos dividendos del negocio continúan siendo jugosos para las administraciones públicas, que el año pasado, sin contar la recaudación de las loterías, cosecharon impuestos por valor de 1.637 millones.
Ludópatas que se autoexcluyen
De todas formas, más allá de las eternas participaciones navideñas, ¿puede decirse que España un país enviciado con el juego? Según cómo se mire. La DGOJ certifica que los usuarios registrados durante el 2015 sumaron 2.413.137. Lo que sí parece es que esta actividad, como un famoso coñac del tardofranquismo, es "cosa de hombres”, que representan el 80% de los practicantes.
No obstante, fuentes del organismo le quitan hierro al asunto y recuerdan que "muchos se apuntan y luego no juegan". Tratan de atemperar las duras críticas de los psiquiatras sobre la ludopatía, la "otra cara del juego", y sus campañas en pro de un mayor control legal para evitar que la publicidad llegue a los menores. Y es que un reciente estudio del hospital Ramón y Cajal calcula que en España hay unos 220.000 ludópatas de menos de 21 años.
Curiosamente, de entre los mayores de 22 años, cifrados en 600.000, solo figuran 35.157 en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego. Dicho registro impide a los ludópatas que constan en él participar en determinados juegos de azar. Aunque la mayoría se han autoexcluido a petición propia, unos cuantos lo han sido por resolución judicial.