El juicio contra el concejal de la CUP de Barcelona, Josep Garganté, por haber coaccionado presuntamente a un médico para que modificara el parte de lesiones de un mantero no se ha celebrado. El motivo: no hay ninguna denuncia contra él.
El facultativo del centro Peracamps de Barcelona ha acudido al juzgado de instrucción número 22 de la capital catalana y ha asegurado ante el juez que no era consciente de haber puesto ninguna denuncia, por lo que la fiscalía tampoco ha podido acusar y el concejal ha quedado absuelto de un delito leve de coacciones.
Montaje policial
“Llevamos meses viviendo en un montaje policial que ha caído en el minuto cero” ha declarado Garganté en la puerta de la Ciudad de la Justicia, ha criticado el papel de los medios de comunicación, que a su parecer le han sentenciado antes de tiempo, y ha añadido que se trata de una “tremenda bofetada al montaje policial y mediático” vivido.
Aziz Fayed, portavoz del sindicato de manteros, ha asegurado que al vendedor ambulante que acudió al médico --y por el que se celebraba el juicio-- le empujaron, se cayó por las escaleras y “la Guardia Urbana de Barcelona ni siquiera quiso llamar a una ambulancia. Queremos una policía capaz de solucionar problemas, no de manipular”.
Guerra contra la Urbana
Los miembros del sindicato mayoritario de la Guardia Urbana de la ciudad, SAPOL, han permanecido en la puerta del juzgado y han protagonizado enfrentamientos contra los manifestantes, que les han roto los carteles en los que pedían la dimisión de Garganté cuando el concejal se disponía a hacer declaraciones ante los medios.
Xavier Morón, portavoz del sindicato, ha asegurado estar perplejo ante la situación: “La única explicación es que el médico haya recibido presiones” ha dicho. “Garganté tiene una guerra contra nosotros y es la excusa perfecta de Ada Colau para atacar a la Guardia Urbana de Barcelona”.