La gestión de Toni Comín al frente de la Consejería de Salud se está llevando por delante la relación del conseller con su 'número dos'. David Elvira, director del Servicio Catalán de Sanidad (CatSalut), se ve obligado a apagar los incendios que causan el desconocimiento y las salidas de tono de su superior en el sector. El vínculo entre ambos, que es personal, no se ha roto, pero si se ha erosionado, según fuentes internas del departamento.
"Comín y Elvira son amigos desde la etapa del Gobierno tripartito. Precisamente por esto, el republicano eligió a Elvira para comandar la gran aseguradora de Salud. Por su relación personal y de confianza: Comín sabe que Elvira no le traicionará", explica un alto cargo del departamento que prefiere permanecer en el anonimato.
No obstante, el vínculo entre ambos se está pudriendo por las continuas boutades de Comín, que Elvira se ve obligado a aclarar ante una industria que, a diferencia de su jefe, él sí conoce bien.
Auditoría
Uno de los campos en los que Elvira tiene que interceder es el diálogo con las patronales. "Comín promete que publificará esto y aquello en grandes titulares en sus medios. En privado, después, Elvira se ve obligado a aclarar a las centrales de Salud que la desprivatización no será tan intensa", agrega la misma fuente.
Uno de los casos palmarios es el sector de los conciertos sociosanitarios. "Comín ha enviado mensajes de que espera cortar por lo sano algunos de estos acuerdos económicos. Elvira, en privado, ha tenido que tranquilizar a los operadores. Sabe que no hay dinero para hacerlo".
"Más del 50% de la actividad en este terreno --continúa la misma fuente-- es concertada. Salud pretende ahora auditar el sector para saber si se pierde dinero. Ello vendría de la mano de la acreditación pendiente de las instituciones. La idea de la auditoría ha generado malestar".
Malas relaciones
A las actuaciones de un conseller que desconoce la industria sanitaria se le suma la gestión política de la consejería. Comín desairó a las alcaldesas de Sant Cugat del Vallès --con quien mantiene un pulso por la expulsión del Hospital General de la red pública-- y Rubí en el encuentro con los primeros ediles de la zona del viernes pasado.
"No está tejiendo complicidades ni en el sector ni en el territorio. Está muy solo. Por ello pidió gestos a los alcaldes. Éstos contraatacaron exigiendo medidas en atención primaria que puedan vender a sus electorados a cambio de apoyar las aventuras del conseller. Comín tiene solo a su equipo, y en el seno de este grupo humano crecen las dudas sobre la capacitación del número uno", apostilla el directivo.