No hace ni diez días del último intento de motín en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona Franca de Barcelona y ya se ha producido un nuevo intento de fuga. Este domingo, un grupo de extranjeros ha vuelto a protagonizar una reyerta “con amenaza de salir en tropel”, han asegurado fuentes policiales a Crónica Global.
La realidad actual es que el CIE de Barcelona está desbordado, según las mismas fuentes. En el interior hay ya 182 internos --el centro está preparado para acoger a 200 personas-- considerados de alto riesgo frente a una decena de policías y, de ellos, 80 provienen del centro de Murcia, del que se fugaron 67 a principios de este mes dejando heridos a cinco agentes de la Policía Nacional.
Ellos fueron los que motivaron el nuevo intento de motín, esta vez en la capital catalana. “Se levantaron todos de golpe e intentaron arrinconar a dos policías, se coordinaron entre todos e intentaron que los demás internos se sumaran a la reyerta, pero no lo consiguieron porque éstos últimos son más pacíficos” relata a este medio Toni Granados, del Sindicato Unificado de la Policía (SUP).
Uno de tantos
No hubo heridos esta vez, pero la policía española permanece en alerta desde la reapertura del CIE de la Zona Franca, el pasado mes de julio. “Este intento de motín ha sido solo uno de tantos”, lamenta Granados. Los extranjeros que los protagonizan pretenden ganar tiempo para paralizar su expulsión iniciando un proceso judicial: autolesionándose, buscando ser lesionados o pidiendo asilo.
Además, la mayoría tienen antecedentes y algunos son excarcelados que internan en el centro de internamiento para que se proceda a su expulsión del país. Este mismo fin de semana, según fuentes cercanas al caso, llegó a la Zona Franca un hombre de origen marroquí que ya se fugó del CIE de Madrid y con múltiples antecedentes con Mossos d’Esquadra, Guardia Civil y Policía Nacional.
“Este CIE es una bomba de relojería. Los funcionarios están vendidos y dejados a su suerte y el hecho de no poder cachear a las visitas de los internos ni registrar sus habitaciones fomenta la inseguridad”, sostienen las mismas fuentes. Los agentes trabajan actualmente con el refuerzo de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los antidisturbios del cuerpo español. Madrid ha sido el último punto de sublevación.