El primer teniente de alcalde de Barcelona, Gerardo Pisarello, ha defendido este viernes que la capital catalana se convierta en una "ciudad rebelde" contra el capitalismo digital, la privatización y la mercantilización que, a su juicio, están promoviendo los poderes financieros a través de las nuevas tecnologías.
Lo ha dicho en su intervención en la presentación de Barcelona Initiative for Technological Sovereignty (Bits), en el Centre de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), en la que ha constatado la preocupación del equipo municipal ante "la pérdida de soberanía ciudadana" en cuestiones como la restricción de libertades políticas y civiles básicas ante la creciente privatización de servicios públicos.
Tecnología, privatización y precarización
Pisarello ha alertado del uso de la tecnología para impulsar procesos de privatización y precarización a través de la concentración de datos por parte de "grandes leviatanes" lo que implica la destrucción de bienes comunes y derechos sociales, así como de las libertades que permiten criticar este proceso, ya que ha insistido en que se está potenciando la criminalización de la disidencia, en sus palabras.
"Las instituciones estamos atravesadas en cada política pública que hacemos por esta forma digital de operar en la realidad", se ha quejado, y ha explicado que todas las políticas sociales que impulsa el consistorio, como son aquellas en materia de vivienda, sanidad o educación, tienen una dimensión digital, por lo que ha instado a las administraciones a resistir ante la privatización de estos bienes comunes y generar procesos alternativos.
Ha aseverado que las ciudades rebeldes también deben ser competentes, y que deben tener la capacidad de entender lo que está pasando y dar respuesta a las necesidades concretas de la ciudadanía: "Debemos plantear la remunicipalización de servicios, lo que implica tener las competencias para hacerlo. Se deben generar complicidades entre administraciones, instituciones educativas y movimientos sociales".
La apropiación de datos
El catedrático en Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y director fundador del Instituto de Gobierno y Políticas Públicas (Igop), Joan Subirats, ha destacado en su intervención que el cambio tecnológico ha provocado cambios de poder y en los espacios de intermediación existentes: "Hablar de soberanía tecnológica es hablar sobre quién define al agenda, y los necesidades e intereses que se sirven".
En este sentido, el escritor Evgeny Morozov ha alertado en la sesión inaugural Soberanía tecnológica: ¿un nuevo reto para las ciudades? de que el principal motor de empresas como Airbnb y Uber es la apropiación de datos, por lo que ha pedido una nueva regulación para pararlo, mientras que el periodista y escritor Paul Mason ha dicho que debe producirse una discusión con el sector privado sobre la propiedad común de los datos, con el objetivo de hacer frente a la privatización.