Un experto ha confirmado en privado a la familia de Marina, una niña de dos años de Reus (Tarragona) que falleció en marzo tras contraer enterovirus, que el procedimiento de la Consejería de Salud tras la muerte de la pequeña destruyó pruebas. El profesor ha indicado que la evaluación post mortem de la menor --de 22 meses-- impidió detectar la infección. Casualidad o no, el departamento que dirige Toni Comín informó entonces que la defunción no podía atribuirse a la virulenta cepa que ya ha causado tres muertes en Cataluña.
El biólogo, en una comunicación privada con los padres a la que ha accedido Crónica Global, constata que el tratamiento de las muestras extraídas de la víctima con parafina hizo imposible detectar el virus. "La inclusión en parafina provoca la fragmentación del ácido nucleico, lo que dificulta extraordinariamente el diagnóstico basado en técnicas de amplificación de ácidos nucleicos, como la PCR utilizada para el diagnóstico de enterovirus", concluye el también profesor.
Cabe recordar que el subdirector del Servicio Catalán de Sanidad (CatSalut), Josep Maria Argimon, esgrimió un análisis microbiológico negativo para informar a la prensa de que "no hemos conseguido detectar enterovirus en las muestras de la menor".
"Destruyeron pruebas"
Mayulay Villegas, la madre de Marina, apela a la opinión del académico, de quien prefiere no revelar la identidad, para pedir justicia para su hija.
“Tenemos un estudio histopatológico que indica la muerte por afectación neurológica derivada del enterovirus. Tenemos la opinión de un biólogo que afirma que el virus no pudo detectarse porque el tratamiento de los tejidos escondió las trazas. Y Salud aún sostiene que no pudo detectarlo”, lamenta.
Doble denuncia
La familia de la menor ha presentado una queja ante el Síndic de Greuges, defensor del pueblo autonómico, porque considera que el tratamiento médico a su hija en el Hospital de Reus fue deficiente.
Además, los padres de Marina también anunciaron en el pasado acciones judiciales para resarcir sus derechos. Pruebas como la opinión del experto y los análisis tras la muerte de la niña apuntalarán la denuncia contra el departamento de Salud.
En total, la crisis del enterovirus en Cataluña se ha saldado con 110 niños infectados y tres muertes desde abril. El último fallecimiento por complicaciones neurológicas derivadas del virus estacional se produjo el lunes en la Corporación Sanitaria Parc Taulí de Sabadell (Barcelona).