La diplomacia croata está encantada con la visita de los Reyes. El polémico “viaje privado” que Felipe VI, Letizia y sus hijas, Leonor y Sofía, han hecho este verano ha sentado mucho mejor en la Embajada de Croacia que en España, donde la noticia se ha recibido con desconcierto y cierta indignación.
“Solo podemos expresar nuestra gran satisfacción por el hecho de que la Familia Real haya elegido la República de Croacia para sus vacaciones y estaremos encantados de que lo vuelva a hacer”. Así de orgullosos se han mostrado los representantes del país en España, que califican de “honor” haber recibido la visita real este verano.
Atraer más turistas
Croacia se ha encontrado sin querer con la oportunidad idónea para publicitarse en España. El “honor” de recibir a los Reyes se extiende al resto de la población: “Nos alegra que en estos últimos años los españoles hayan reconocido y elegido Croacia como destino turístico”, aseguran desde la Embajada.
Atraer más visitantes y sus correspondientes gastos en el país no disgusta a los diplomáticos. Según afirman, el aumento de vuelos directos en temporada alta han contribuido a posicionar Croacia como uno de los destinos a tener en cuenta para los españoles que quieren salir del país durante las vacaciones. La escapada real puede funcionar como un reclamo más.
Estancia polémica
La estancia de los Reyes, la princesa de Asturias y la infanta Sofía en Croacia duró una semana, del 13 al 20 de agosto; la pasaron a bordo de un velero de lujo, el Dolce Vita. Así fueron las “vacaciones atípicas” de la familia. La delicada situación política sirvió para justificar su ausencia en los Juegos Olímpicos de Río y la breve visita a Mallorca, donde suelen pasar sus vacaciones en el palacio de Marivent.
La elección del destino, fuera de España, tampoco ha gustado. Pero lo que ha sentado peor son los intentos de su equipo de comunicación de negar el viaje. Jordi Gutiérrez, director del departamento, desmintió que se hubiera producido tal visita y lo intentó disimular al citar a los medios a una salida de los Reyes, que acudieron a cenar a un restaurante madrileño poco después de volver; como si no se hubieran ido.
Jaime Alfonsín, el jefe de la Casa Real, también ha intentado disipar la controversia a toda costa. Aunque algunas fuentes coinciden en identificarlo como el máximo responsable de la escapada a Croacia, ha tenido que esmerarse para minimizar daños.