El viaje de los reyes Felipe y Letizia a Croacia pone en un aprieto a Alfonsín y Gutiérrez
La monarquía vuelve a provocar un estado de shock con una combinación de sorpresa, rabia y decepción similar al affaire del elefante en Botswana en 2006 por parte del rey emérito Juan Carlos o al compi-yogui de la reina Letizia de principios de año.
El primer nivel político del país, la élite cortesana y algunos líderes mediáticos no pueden dar crédito al error institucional del “viaje privado” a bordo del velero Dolce Vita en lo que llamaron unas “vacaciones atípicas” de la Familia Real. Tampoco están muy satisfechos con el descarado y el fracasado intento de despistar a la opinión pública con un elíptico “salida a cenar por Madrid”.
Mentiras sobre la ausencia en Río
Las fuentes son múltiples y todas coinciden en apuntar a Jaime Alfonsín, jefe de la Casa Real, como responsable último del viaje privado. Molesta sobre todo que se intentara justificar la ausencia de los reyes en los Juegos Olímpicos de Río por la alambicada situación política del país.
Tampoco ha sentado bien que se promueva el destino turístico de Croacia en detrimento de los españoles. Incluso en círculos próximos a las élites cortesanas se critica con contundencia que se redujera a la mínima expresión la seguridad del jefe del Estado en territorio extranjero.
Comunicación de guerrilla
El desconcierto también afecta a Jordi Gutiérrez, como director de comunicación de la Casa. El periodista catalán negó y desmintió hasta la saciedad el viaje vacacional de los reyes, y luego volvió a la carga con la evidencia de la prueba con una cena improvisada en Madrid y con llamadas de justificación de “viaje privado”, “vida privada”, “esfera personal”…
Según las mismas fuentes, el error es muy grave por varias razones: investidura del presidente del Gobierno, juventud del nuevo monarca y su compromiso de modernización y transparencia de la monarquía. Ambos, Alfonsín y Gutiérrez y sus respectivos equipos están trabajando a destajo, con la colaboración de Moncloa, en reconducir la situación. El control de daños parece funcionar, “para el bien de España y de todos”, aseguran fuentes del círculo cortesano.
La reina, en el ojo del huracán
La conclusión, casi unánime, es que la reina Letizia es la impulsora de este nuevo desaguisado con la jefatura del Estado por tres razones: primera, no se siente cómoda en los acontecimientos con otras familias reales, y de ahí la ausencia en los Juegos Olímpicos y en algunas bodas reales; segunda, quiere buscar momentos de intimidad y normalidad familiar a cualquier precio, y por esto Croacia; y tercera, nadie en el entorno de la Casa Real osa contradecir su voluntad.