Un imagen de la bancada popular en el Congreso de los Diputados.

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Vida

La asignatura de filosofía divide a España en dos

Alumnos de medio país acabarán su bachillerato estudiando obligados a Platón y la otra mitad la doctrina de Cristo

15 julio, 2016 22:08

Una moderna versión de las dos Españas aguarda a los casi 300.000 alumnos de 17 a 18 años listos para cursar 2° de bachillerato. Exactamente 140.964 tendrán que estudiar Historia de la Filosofía de manera obligatoria. Por contra, 151.021 podrán pasar de Platón, Ortega o Kant e ir a lo práctico sin necesidad de hacerse pajas mentales y andar con peliagudos axiomas y raciocinios. Les bastará con profundizar en la doctrina de Cristo.

El desaguisado con el que se topará el nuevo Ejecutivo tiene su origen en la polémica Lomce, aprobada en 2013 por el ministro José Ignacio Wert antes de marchar a París con su nueva pareja y exsecretaria de Estado, Monserrat Gomendio, con dos cargazos en la OCDE.

Desde entonces, el cisma ha ido tomando cuerpo con la implantación de la norma y las particulares decisiones, decretos y currículos dictados por los gobernantes autonómicos.

Obligatoria "o no"

En un mapa que incluye a media España --Cataluña, Andalucía, Extremadura, Asturias, Aragón, Cantabria, Baleares, La Rioja y Murcia--, ha blindado esta materia para que siga impartiéndose de manera obligatoria.

Las ocho autonomías restantes, con un alumnado e incluso una extensión muy parecida, siguen en este asunto las directrices de asignatura obligatoria "o no" como diría Mariano Rajoy. La mayoría están gobernadas por el PP, pero también con extraños compañeros de cama, como los ejecutivos nacionalistas de País Vasco y Navarra, o el socialista de Castilla-La Mancha, asistido por Podemos.

Tecnocracia y trampa

Estos vaivenes cuentan con la  lógica y eterna oposición del profesorado, y de toda la comunidad filosófica, aglutinada en la Red Española de Filosofía (REF). Hace dos meses recogió y envió más de 200.000 firmas al Ministerio de Educación demandando que la materia siga siendo obligatoria para todos.

Resumen sus razones: con este rumbo navegamos hacia una sociedad de "tecnócratas" y de ciudadanos acríticos e indiferentes ante las injusticias. "La filosofía es imprescindible para formar personas con una identidad autónoma, reflexiva y responsable", proclaman.

La asociación Ágora Filosofía, que integra a unos 70 profesores vascos de esta materia, denuncia que la Lomce ha hecho "trampa" al eliminar la obligatoriedad porque entre las optativas figura la Religión, que "compite deslealmente", ya que su nota influye en la puntuación media del bachillerato. Vaticinan que se apuntarán la mayoría de los alumnos que puedan, para más inri casi todos no creyentes, ya que tienen asegurado un notable por los docentes eclesiásticos solo con su mera asistencia.

"La degradación de la enseñanza de la filosofía es inadmisible. Lo más importante es enseñar a pensar, no lo que pensar", apostilla el profesor Luis María Cifuentes.

Aplicación menos inmediata

Aparte de dar más cancha a la Religión y cumplir el concordato con el Vaticano de 1979, los legisladores con mayoría absoluta del PP –cuando se hizo la ley-- defienden la conversión de la filosofía en materia optativa porque, al igual que la música o la plástica, "desarrollan competencias de aplicación menos inmediatas o instrumentales que la lengua o las matemáticas".

Además la filosofía no se evalúa en el famoso y controvertido informe PISA, que sitúa a España en el furgón  cola de la OCDE.  Claro que la Religión, tampoco.

José Ortega y Gasset

Otros educadores ponen en solfa la actual didáctica de la filosofía, e incluso su utilidad en unos tiempos en los que solo se busca la rentabilidad. "La filosofía es una carrera que no asegura la inserción laboral y que supone una pérdida de tiempo para jóvenes que acabarán trabajando de camareros o de vigilantes jurados", ha sentenciado un ilustre profesor ante el cierre anunciado de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.

Allí ejercieron su docencia y la conciencia crítica, con enorme impacto internacional, pensadores como José Ortega y Gasset (en la foto), María Zambrano, Aranguren, Zubiri o Savater. El cierre o la "reestructuración organizativa", como ha reconocido el propio rector, Carlos Andradas, obedece a la falta de rentabilidad o de demanda por parte del alumnado.

El debate y el dilema siguen en pie. Quizá por poco tiempo, porque, como sostiene Aristóteles, es preciso que la filosofía sea un saber especial de los primeros principios y de las primeras causas. Luego ya deja de tener sentido.