Una catástrofe sin respuestas con catalanofobia de fondo
El vuelo de Germanwings es una incógnita con un sólo factor: no hay supervivientes. La final de la Copa del Rey se jugará en el Camp Nou. En el palco deberá estar Felipe VI. Prolegómeno de infarto con himno.
26 marzo, 2015 10:29La línea regular Barcelona-Dusseldorf opera con normalidad.
Pocos días después del accidente de Spanair en Barajas, unos pasajeros se felicitaban en una "jardinera" de El Prat por haber aterrizado sanos y salvos. Alguien apuntó que aquella tragedia se produjo al despegar, no al tomar tierra. El aire del pequeño grupo, gente de mediana edad, era de jolgorio. La alegría de vivir. El resto de los viajeros miraba asombrado al dicharachero grupo. Aún debía ser el tiempo en el que los periódicos cambiaban las portadas de la edición para los aeropuertos y las compañías aéreas si se había producido alguna catástrofe aérea para evitar la impresión a quienes ese día estuvieran por el aeropuerto a punto de tomar un avión.
Ese hábito se perdió, como se perdió primero la urbanidad, después, la educación y al final, la humanidad. Eso de que se empieza no cediendo el paso a una anciana y se acaba en el Estado Islámico o algo peor. Ya no se cambian portadas porque cuando los diarios no son la política, la economía o el fútbol, son desgracias, accidentes, atentados, catástrofes y una suma de las siete mil y pico millones de maneras de morir, una por alma incluso entre los desalmados.
La noticia española del día está en el New York Times, lo que demuestra que tenía razón Marhsall McLuhan cuando hablaba de la aldea global, idea implícita en la aviación comercial. Un suelto de la edición en papel de La Vanguardia la recoge: "Uno de los pilotos del avión siniestrado estaba fuera de la cabina y no pudo regresar, según informó a The New York Times una fuente militar anónima que alude a una grabación de audio.Según esta información, el piloto que había salido de la cabina llamó a la puerta para volver a entrar, pero “ nunca hubo una respuesta ”, tras lo cual “ se puede escuchar que está intentando echar abajo la puerta", según un teletipo de Efe que cita al diario estadounidense.
A estas horas, el dato está en la prensa digital. Sugiere que la investigación será larga y que la sola imagen de un piloto de aviación aporreando la puerta para entrar en la cabina de mando abre hipótesis infinitas, entre ellas la de que las cajas negras no sean infalibles oráculos del pasado.
El resumen de El País va firmado por Carlos Yárnoz y con el entreparéntesis de que han obtenido y procesado información los siguientes periodistas: Luis Doncel, Rebeca Carranco, Lara Otero, A. L. Congostrina, Dani Cordero, Walter Oppenheimer, Jesús García, Mercè Pérez, Enrique Müller y Pere Ríos. Dice así el texto: "Las causas de la catástrofe del Airbus 320 sobre los Alpes franceses seguían ayer siendo un misterio, incluso después de que los investigadores hubiesen logrado escuchar las grabaciones de una de las cajas negras localizadas. El hecho de que la tripulación no respondiese a ninguna llamada y se precipitase contra una montaña sin variar el rumbo ha sido calificado de “extraño” e “inquietante” por los expertos. La única hipótesis que excluyó la Oficina de Investigación y Análisis del Gobierno francés es la de una explosión. “Lo que sabemos permite descartar una explosión en vuelo”, dijo el responsable de la investigación, Rémi Jouty. La Moncloa elevó ayer hasta 51 el número de españoles muertos en el vuelo de Germanwings que transportaba a 144 pasajeros y seis miembros de la tripulación. Aunque ayer fueron recuperados los primeros cuerpos, las labores de rescate en una zona alpina y remota pueden prolongarse durante semanas. Las causas de la catástrofe aérea ocurrida el martes en los Alpes siguen siendo una incógnita total incluso después de que los investigadores escucharan ayer las conversaciones y sonidos registrados en una de las dos cajas negras. La única hipótesis descartada es una explosión en vuelo, como ha insistido el Gobierno francés. Rémi Jouty, responsable del BEA (oficina para la seguridad de la aviación civil), el organismo encargado de la investigación, señaló que no tiene “la menor explicación” sobre qué pudo ocurrir".
Nada, ni idea. Mientras, los periódicos trazan los perfiles rotos. No falta el clásico perdimos el avión o cambiamos de vuelo, un relleno muy apreciado por algunos lectores, a tenor del seguimiento que ese tipo de cosas tienen en internet. Internet. El fin de todo y de los tiempos.
Escribe Lluís Foix en La Vanguardia: "La catástrofe fue trending topic a lo largo del día en las redes sociales. La penetración de Twitter en la conciencia global es irreversible y muy positiva, un escalón más en la socialización de la información y el conocimiento. Pero es también un arma que puede fomentar el odio, la xenofobia, el racismo y la falta de respeto a la dignidad de los demás. No son muchos los que recurren al insulto aprovechando cualquier circunstancia. Pero son suficientes para que esos mensajes sean tratados como delitos y perseguibles de oficio. No voy a transcribirles los tuits que alimentaron el odio y la catalanofobia a raíz del trágico accidente del avión siniestrado. El Govern catalán los ha recogido y los va a presentar a la Fiscalía para que actúe en consecuencia. Es una actitud indecente que muestra la cara más fea y más perversa de la condición humana".
También el Ministerio del Interior está al corriente y ha tomado la misma iniciativa antes de recibir la recopilación de la Generalidad. El episodio del avión es fácilmente imaginable hasta para quienes no están en las redes sociales. Apareció la versión heavy metal de la catalanofobia, más bestia cuanto más minoritaria, los chistes de Lepe en versión 2.0.
El filósofo Grabiel Albiac apunta más alto, a la banalidad política: "Lo trágico no sabe de consuelos. Cuando es, de verdad, trágico: desgarro para el cual no hay cura y en el que no habita ningún sentido. Ninguno. Por eso, un primordial respeto humano requiere callar ante lo más enorme: eso que nos destruye al destruir lo que amamos. Porque trocarlo en calderilla de palabras comunes, es algo mucho peor que trivializar su austera grandeza. Es envilecerla: hacer de ella comedia bárbara. La cifra del dolor, sobrepasado un cierto límite, sólo la da el silencio. Aquí sí, más que en ningún otro avatar de la vida, la retórica miente siempre. De un modo obsceno. Y ofende".
Continúa: "Blindarse en el silencio ante lo trágico, exige el fuste estoico en cuyo ejercicio se juega la entidad moral de un hombre. La sobriedad es el lugar único en el cual la tragedia habita. Para dar fe de esa majestuosa desolación de quienes perdieron todo, no hay palabras. No debiera haberlas. Pero el político que persigue, a grandes voces, trocar dolor ajeno en beneficio propio, eso no lo sabe. Está demasiado moralmente amputado para saberlo. Sucedió ya en 2003, cuando un accidente aéreo sobre Turquía acabó con 62 militares españoles que retornaban de cumplir su honorable deber en las duras tierras afganas. No demasiadas veces he sentido tanta vergüenza como en aquellos días, cuando un partido político agredía a otro a golpe de cadáveres ajenos. Si aquella humillación nacional nos ha servido para algo, debiéramos ahora saber guardar silencio. Y hacérselo guardar a aquellos insensatos –dejémoslo en eso, insensatos– que, inmediatamente, comenzaron anteayer a buscar en estos muertos de ahora capital para su beneficio propio. Las palabras con las que un demente reprocha al malvado capitalismo haber asesinado a 150 personas para aumentar beneficios, deben quedar como eso: palabras de un demente; materia sólo entre él y su psiquiatra".
La vida continúa para el resto. La final de la Copa del Rey se jugará en el Camp Nou. Se supone que el monarca estará al corriente, puesto que le tocará presidir el encuentro desde el palco, un acto que comenzará con la Marcha Real, vulgo himno nacional. Día complejo pues para Felipe VI 301 años después del primer blancos (borbónicos) contra azulgranas (austracistas) de la historia. Así lo expone el "Museo" del Borne. Esta vez los contendientes serán los austracistas contra los carlistas en un duelo claramente desfavorable a los segundos puesto que los primeros cuentan con tropas internacionales. Los prolegómenos serán el busilis, como en las formas más sutiles del amor cortés. Claro que en materia de fútbol, los cortés no quita lo indecente. Es como lo de las redes sociales pero nada virtual sino a palo seco, como un solysombra en ayunas.
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Por evitar que pase un día sin hablar de los Pujol, el juez Pedraz se ha mostrado magnánimo y exime a Oleguer Pujol, el hipster, del pago como fianza de los cuatro millones de euros que obtuvo de una dinamización inmobiliria.
26 de marzo. Santoral del Abc, "San Braulio de Zaragoza, Alejandro de Drizipara, Marolas, Narsetes, Ruperto de Salzburgo, Teoprepides y Zanitas".