Vida

Ya es Navidad en Moncloa: "Españoles, la crisis ha terminado"

12 diciembre, 2014 10:39

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, resta plano al Rey Felipe VI, quien anoche pronunció un discurso sobre la unidad de España que dejó estupefacto al presidente de la Generalidad, Artur Mas. La economía se impone en las portadas. "La crisis ya es historia", ha declarado solemnemente Rajoy. El 11 de diciembre de 2014, España ha superado la mayor tormenta económica desde el crack del 29.

En El País, la crónica es de Carlos E. Cué: ""En muchos aspectos, la crisis ya es historia". El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha aprovechado la clausura de un encuentro empresarial para adelantar su gran discurso balance de los tres años que casi lleva en la Moncloa. "La recuperación ya se vive en los mostradores de los pequeños negocios, en los pedidos de los proveedores, en las barras de las cafeterías, en las mesas de los restaurantes, en las nóminas de muchos españoles y en el interior de sus hogares", ha asegurado el jefe del Ejecutivo. "Estas serán las primeras navidades de la recuperación", ha subrayado. (...) El presidente ha destacado que el Ejecutivo siempre ha dado prioridad a la economía porque era el centro de preocupación de los españoles. Asimismo, ha incidido en que no ha insuflado ánimos "infundados" ni ha visto brotes verdes donde no había, y ha añadido que ha sido honesto en la adversidad sin ocultar la realidad "más difícil e injusta".

El anuncio es directo, corto y claro. Según un editorial del Abc, "el presidente del Gobierno estuvo muy convincente a la hora de poner en valor la recuperación, ya que su discurso se sustenta en datos reales y objetivos. Prueba de ello es que el BBVA estima que España acelerará su ritmo de crecimiento hasta el 0,7 por ciento en el cuarto trimestre y logrará crear 435.000 empleos este año, mientras que Funcas prevé que el PIB aumente un 2,4 por ciento en 2015, mejorando incluso los cálculos del Ejecutivo. Ni siquiera la UE, ahora más preocupada por el control del déficit, rebate estos pronósticos".

Menos laudatoria pero igual de optimista se muestra La Vanguardia, que también editorializa al respecto: "Las buenas perspectivas para la economía española el año próximo contrastan con la debilidad económica que se prevé para el resto de Europa, que en conjunto no crecerá más allá del 0,7%. Esto no debería hacernos caer en la autocomplacencia, sino en una mayor exigencia de eficacia, de reformas y de rigor para consolidar la importante mejora de competitividad lograda porEspaña en estos años de crisis, así como avanzar en la reducción del déficit público, que han sido precisamente los factores que explican el éxito de nuestro país".

Rajoy procesa datos y vive pendiente de la prima de riesgo, la baliza que alumbra el final del túnel. Y ahora suma impresiones y habla de mostradores, barras y domicilios particulares, de las nóminas y de los contratos. Según la métrica ponderada de Moncloa, ha comenzado la recuperación. España brilla como una patena en medio de un escenario incierto, volátil, con un sospechoso olor a gas. En el plano internacional, las previsiones de crecimiento españolas contrastan con la flojera francesa, la recesión rusa y los vaivenes norteamericanos. En el "doméstico", los sondeos pronostican la irrupción de Podemos como un torpedo en la línea de flotación del sistema mientras se mantiene estable la inestabilidad en Cataluña. Crecer así no es un milagro sino una suma de conjunciones astrales, un boleto con seis aciertos más el complementario del euromillón, el copón de la baraja.

En La Razón no lo ven para portada y optan por castigarle el mentón a Pablo Iglesias, del que afirman que cobra 18.000 euros más que Rajoy y 26.000 más que el "sueldo base" del Rey. El pastizal le viene por su condición de eurodiputado y al parecer, de los 8.000 eurazos que cobra al mes dona la mitad al partido y a su programa de televisión.

La opinión mayoritaria es que los políticos ganan poco, salvo los 285 cienmileuristas de la admistración del Estado. De ahí que le caiga una manta de palos a Pedro Sánchez, el secretario general del PSOE, por plantear que nadie cobre más que Rajoy, cosa que a simple vista parece bastante sensata. Pues se ve que no. En el propio partido de Sánchez hay diputados que le acusan de demagogo y en el PP y CiU abogan por subir los sueldos. Extraordinario acontecimiento que convergentes y populares estén de acuerdo en algo y por algo se empieza. Les une el corporativismo. Menos es nada.

En El Mundo le dedican a los ecos del portal de la transparencia el editorial principal, en el que se dice de todo: "También hay que afrontar con realismo el asunto de la cuantía de los salarios. Los 90.000 euros que cobra al año Mariano Rajoy -sumando lo que le corresponde como presidente y diputado- se antojan claramente insuficientes para quien dirige la nación y está permanentemente de servicio, desde el primero al último día de su mandato. Es menos de lo que cobra el director del Museo del Prado o el director general de la Policía, por citar sólo dos ejemplos, e infinitamente menos de lo que perciben los directivos de las grandes empresas públicas. En este punto conviene huir de los extremos. Ni la política puede ser el oasis de unos privilegiados, alejados de la sociedad a la que representan, ni tampoco una actividad tan mal remunerada que ahuyente a personas capacitadas que podrían acabar viendo en ella muchos más sinsabores que legítimas compensaciones. Populares y socialistas se enzarzaron ayer a cuenta de lo sueldos. El líder del PSOE, Pedro Sánchez, se dejó llevar por la corriente de populismo y propuso que se reduzca la nómina de aquellos cargos que cobren más que el presidente del Gobierno. Da la impresión de que al lanzar ese mensaje estaba mirando de reojo a Podemos. Sus palabras fueron criticadas incluso por diputados de su grupo".

Pues visto que lo de Rajoy no está pagado, al Rey lo suyo le debe costar dinero. En el Abc firma la crónica sobre la última visita de Felipe VI a Cataluña Àlex Gubern, quien apunta: "Su Majestad el Rey resaltó anoche, en lo que fue su tercera visita a Cataluña tras su proclamación y la segunda tras el 9-N, el valor de la «estabilidad política y la paz social» como valores imprescindibles para el progreso de nuestro país, en una intervención cargada de contenido y plagada de referencias a la «unidad» de España. Don Felipe hizo estas afirmaciones en un acto en la histórica patronal Fomento del Trabajo, delante de las principales autoridades catalanas y de numerosos empresarios. En un discurso seguido por partee del Gobierno catalán, con su presidente Artur Mas al frente, Don Felipe alertó de que «no podemos permitirnos el debilitamiento o la división porque el mundo camina hacia una mayor integración». «Es cada vez más evidente que no podemos encontrar respuestas de manera aislada», apuntó el Rey en una intervención que dado el contexto político actual en Cataluña cobró especial relevancia".

Según testigos presenciales, la frialdad fue la nota dominante entre el Rey y Mas. Felipe VI no le concedió ningún aparte ni asidero argumental. En el discurso no hubo apelaciones al diálogo sino a España. Se guardaron las distancias. Nada que ver con la foto del utilitario.

12 de diciemnbre, Nuestra Señora de Guadalupe, Espiridión, Mercuria y Sinesio.