Los pasajeros de un avión que tenía que despegar desde el aeropuerto de la ciudad siberiana de Igarka (Rusia) tuvieron que empujar el aeroplano para poder despegar a su destino, la ciudad de Krasnoyark, y donde finalmente aterrizó sin problemas.
Según recoge la agencia de noticias rusa Ria Novosti, el remolcador no pudo mover el avión desde el aparcamiento de la terminal aérea. La temperatura, de unos 52 grados baja zero, habría congelado el líquido de frenos del tren de aterrizaje.
Ante este contratiempo, los pasajeros empujaron el avión para ayudar al remolcador. Una acción que podría haber dañado el fuselaje del aparato y que provocó que los pasajeros incurrieran en un delito contra las normas de seguridad de vuelo que la fiscalía siberiana está investigando.