Renée Zellweger es la protagonista de la prensa rosa internacional. Zellweger fue la estrella de las entregas fílmicas de 'El diario de Bridget Jones', donde aparecía de buen año, sonrosada y con un aire de inocencia juvenil. Estaba mollar, de dulce. Ahora se ha convertido en una señora estirada, delgada y que no se parece en nada a la "original". Con su caso, la prensa chochola se ha puesto las botas. Y como siempre, los arreglos, retoques, regímenes y trucos estéticos han sido para peor. Camilo Sesto, la cantante Cher y Belén Esteban dan fe de los destrozos que son capaces de pepetrar algunos de los más afamados cirujanos plásticos, cuya nombradía procede de que no ponen pegas a los deseos de los clientes, desde estropear una nariz, destrozar unos labios o eliminar definitivamente los rasgos de expresión.
En el Hola, la portada nos anuncia un paseo por el triplex que se ha comprado Terelu Campos. Dice que es el fruto de treinta años de trabajo. Según la retórica habitual de esos "montajes", Terelu luce radiante, está estupenda, totalmente recuperada de la enfermedad que sufrió y lleva un anillo de compromiso que le regaló su novio y entrenador personal. José Valenciano se llama el afortunado. El triplex no es nada del otro mundo. Como cualquier triplex, dispone de tres plantas y una piscina privada.
Del casoplón al caso pequeño Nicolás. La trama continúa. Ahora ha salido en su defensa una individua conocida en la noche de Madrid como "La pechotes", una chavalita apenas mayor de edad que acompañaba al muchacho en sus excursiones a Marbella y Sotogrande. Gómez Iglesias gastaba a lo grande los mejores locales, exigía siempre la "prince table", reservada habitualmente para jeques árabes y millonarios rusos, alquilaba yates y exhibía una cartera llena de billetes de quinientos euros. Tenía ángel Francisco Nicolás, un carnet de marqués para poder entrar en el exclusivo club de Puerta de Hierro y sólo le gustaba el champán y el vodka Belvedere.
El escándalo tiene sumido al PP en el desconcierto. Todo el mundo creía que el jovencísimo versero era asesor de Soraya Sáenz de Santamaría y trabajaba de algún modo para el CNI. Pues va a ser que no, pero los retratados con Nicolás no salen aún de su estupor y casi ni de casa. Con los únicos que no "selfiaba" era con los de Podemos. Una lástima, pero el album fotográfico sin Monedero, Errejón e Iglesias no está completo. Al Tom Ripley del madrileño barrio de Prosperidad se le acabado el pase pernocta, al menos durante una temporada. Al ritmo que iba, hubiera acabado de comisario europeo o alguna cosa peor.
Más estética. Olivia de Borbón replica al doctor Tafalla, del que dice que la engañó y que le planteó las operaciones como si fuera a salvarle la vida. Tampoco estaba tan mal antes Olivia. Como ya se dijo la semana pasada, el dato más inquietante de todo este expediente es que Falete es la imagen de la clínica del doctor Tafalla.
El parte de bajas sentimentales lo encabeza la cantante Rosa de España (la primera ganadora de Operación Triunfo), que ha dejado a su novio y ahora como que se arrepiente. Gonzalo Miró y su novia también han cortado, pero en modo civilizado. Llevaban junstos desde 2011. En las altas, que Pastora Vega y Juan Ribó vuelven a salir, que Raquel Mosquera está que lo flipa con su "Isi". Y en Cantora, o sea donde moran los Pantoja, inquietud, nervios y perspectiva entre barrotes para Isabel, que ha pedido una aplazamiento del ingreso en prisión mientras trata de juntar pasta para la fianza, de un millón doscientos mil euros. Son los daños colaterales de todos aquellos alardes con Julián Muñoz, exalcalde de Marbella, en el Rocío y aquello histórico del "dientes, dientes, que es lo que les jode", frase cumbre que la tonadillera no se ha planteado nunca musicar. Una verdadera lástima.
Paula Echevarría y Sara Carbonero dan consejeros de belleza, muestran palmito y encima se llevan bien. Son nuestras famosas en ascenso, casada la primera con un cantante y la segunda, pues que casi que también.