Cada semana, el ébola sigue infectando y acabando con la vida de cientos de personas. La investigación de los nuevos datos amplía la información sobre la propagación del brote y la tasa de letalidad. Los autores predicen que más de 20.000 personas serán infectadas hasta principios de noviembre.
A menos que se incrementen rápidamente las medidas de control del ébola en África Occidental, los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Imperial College de Londres sostienen que los números seguirán subiendo de forma exponencial.
Así, predicen que más de 20.000 personas serán infectadas hasta principios de noviembre, según un nuevo artículo publicado en la revista New England Journal of Medicine seis meses después de que la institución notificara por primera vez el brote en los países africanos.
En el artículo, epidemiólogos y estadísticos revisaron los datos desde el inicio en diciembre de 2013 para determinar la magnitud de la epidemia, comprender mejor la propagación de la enfermedad y lo que se necesita para revertir la tendencia de las infecciones.
Aunque la OMS alertó por primera vez del brote el 23 de marzo de 2014, las investigaciones revelaron que el brote comenzó a finales del año anterior. Entre el 30 de diciembre de 2013 y el 14 de septiembre 2014 se reportaron a la organización un total de 4.507 casos.
Para los expertos, los datos ayudan a aclarar algunos detalles de quiénes son los más afectados por este brote, dado que existen informes contradictorios sobre si las mujeres podrían estar más afectadas, ya que son más propensas a cuidar enfermos, o si por el contrario serían los hombres, al ocuparse de enterrar los cadáveres.
"Este estudio nos dio una idea real de cómo ha actuado el brote. Por ejemplo, supimos que no hay diferencia significativa entre los diferentes países en el número total de pacientes masculinos y femeninos", explica Christopher Dye, director de Estrategia de la OMS y coautor del trabajo. "Puede haber diferencias en algunas comunidades, pero cuando realmente analizamos todos los datos combinados, vimos que era realmente casi del 50-50."
Tasa de letalidad
La revisión de las cifras también permitió el análisis del número de muertes. "La evaluación de la tasa de letalidad durante esta epidemia es complicada dada la información incompleta sobre los resultados clínicos de los numerosos casos tanto detectados como no detectados", apunta Dye.
"Este análisis muestra que el 14 de septiembre, el 70,8% de los pacientes con ébola confirmado han muerto. Esta tasa fue consistente en Guinea, Liberia y Sierra Leona", subraya.
Sin embargo, la tasa de letalidad fue menor cuando solo se consideraron los pacientes hospitalizados, lo que justifica que conseguir que los pacientes sean atendidos rápidamente marca la diferencia.
El escrutinio de los datos también mostró la propagación con mayor claridad. A finales de diciembre, se notificaron los primeros casos en las áreas forestales de Guinea. En marzo, cuando el gobierno dio la voz de alarma a la OMS, los casos ya se habían extendido desde la superficie forestal a Conakry, la capital.
En mayo, el foco del brote en Guinea se amplió de forma potente a Sierra Leona y en junio se afianzó en Liberia. A partir de julio en adelante, hubo un fuerte aumento en el número de casos en los tres países.
Proyección de futuro
Aunque la actual epidemia en el África occidental no tiene precedentes en relación a su alcance, el curso clínico de la infección y la transmisibilidad del virus son similares a los de anteriores brotes de ébola.
"Deducimos que si la actual epidemia es excepcionalmente grande, no es debido a las características biológicas del virus, sino a los atributos de las poblaciones afectadas, la condición de los sistemas de salud y a que los esfuerzos de control han sido insuficientes para detener la propagación de la infección", puntualiza Dye.
El representante de la OMS considera que hay desafíos en esta región que exacerban la lucha para contener el virus. Los más importantes son que los sistemas de salud de los tres países se rompieron después de años de conflicto y que existe una gran escasez de trabajadores de la salud, lo que deja el sistema más débil que en otros países con brotes de ébola.
Además, ciertas características de la población pueden haber llevado a la rápida propagación de la enfermedad. Por ejemplo, Guinea, Liberia y Sierra Leona están altamente interconectados, con un amplio tráfico transfronterizo en el epicentro, conexiones por carretera entre las ciudades y las aldeas rurales y unas capitales densamente pobladas.
"La gran mezcla de población ha facilitado la propagación, pero este gran brote no era inevitable", apunta Christl Donnelly, profesor de Epidemiología Estadística del Imperial College. "En Nigeria, por ejemplo, donde los sistemas de salud son más fuertes, el número de casos ha sido hasta ahora limitado a pesar de la introducción de la infección en las grandes ciudades de Lagos y Port Harcourt".
Reaccionar con rapidez
Por todo ello, el trabajo indica que el determinante crítico del tamaño del brote parece ser la velocidad de implementación de medidas de control rigurosas y proporciona la evidencia necesaria para requerir rápidamente el desarrollo y despliegue de nuevos medicamentos y vacunas.
"A menos que las medidas–mejoras en el seguimiento, aislamiento adecuado de los casos, aumento de la calidad de la atención y capacidad para la gestión clínica, mayor participación de la comunidad y apoyo de organismos internacionales– mejoren rápidamente, estos tres países pronto informarán de miles de casos y muertes por semana", concluye Dye.
Las terapias experimentales y vacunas ofrecen una promesa para el futuro, pero es poco probable que estén disponibles en las cantidades necesarias incluso demostrando ser seguras y eficaces.