Diada de Sant Jordi. Cunde la sensación de que puede ser la última de Artur Mas al frente de la Generalidad. Según los planes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), sería el último bajo la opresión española. El 23 de abril del próximo año, 9-N mediante, es la fecha prevista para la solemne proclamación de la república catalana. Los sismógrafos demoscópicos registran, en cambio, una fase valle en el proceso, un enfriamiento del magma separatista. Acostumbrados a las sacudidas ciclotímicas de Artur Mas, que el "president" inaugure una televisión "nacional", agasaje a la prensa extranjera, imponga unas medallas y presente una web pública (18.000 euros según La Razón) para "internacionalizar el conflicto" en menos de 24 horas es tanto como decir que no ha pasado nada, que casi es fiesta, como hoy.
En Madrid, Mariano Rajoy y sus tácticos del laberinto catalán no saben ya qué más puentes tender al irreductible Mas. El presidente del Gobierno compareció ayer en el Senado para pedirle al "president" un poco de "imaginación", según la versión de Carmen del Riego para La Vanguardia. En El País lo explica por extenso Fernando Garea, cuya crónica sostiene el titular principal de la portada: "Rajoy exige a Mas retirar la consulta para abrir el diálogo". Escribe Garea: "El jefe del Ejecutivo retomó en la sesión de control al Gobierno en el Senado la actividad pública tras el paréntesis de Semana Santa y anticipó las líneas de su política para los próximos meses y, especialmente, para la campaña electoral de las europeas del 25 de mayo. Esas líneas serán la referencia permanente a la salida de la crisis económica, por un lado, y una posición contundente contra las posiciones independentistas que alienta el Ejecutivo [autonómico] de Artur Mas".
La tesis de Rajoy es que Mas debería bajar del monte, apearse del burro, atarse los cordones y hacer de la necesidad virtud, cosa que demuestra un optimismo presidencial de naturaleza rousseauniana. En palabras de Garea, "Rajoy emplazó a los nacionalistas a presentar una propuesta de salida y pidió al Gobierno [autonómico] de Mas 'imaginación' para encontrar esa vía que permita abordar soluciones al conflicto territorial creado. Lo hizo después de reprochar a Artur Mas, sin mencionarle expresamente, que pida diálogo tras poner en marcha la consulta. Lamentó haberse enterado por los medios de comunicación de que 'la CUP, los antiguos comunistas, ERC y CiU' decidieron unilateralmente fijar fecha y pregunta para un referéndum. 'Así es muy difícil dialogar', dijo el presidente para enfatizar ese malestar con Mas que, según él, impide la solución".
El detalle visual está al final del texto, cuando el cronista parlamentario de El País cuenta el número de CiU en el Congreso de los Diputados, donde los diputados nacionalistas practican el estilo "cupaire", en el que la gestualidad sustituye la esencia oral y auditiva del acto parlamentario. Explica Garea: "Cleries, portavoz de CiU, teatralizó su intervención al acercarse al escaño de Rajoy para hacerle un regalo adelantado de Sant Jordi: un ejemplar del libro Els altres catalans (Los otros catalanes), de Francesc Candel, que habla sobre la pluralidad de la sociedad catalana. Rajoy lo recibió con cara de sorpresa y educado apretón de manos".
¿Candel? ¿'Els altres catalans'? Empieza a ser muy cansina la permanente alusión a lo integrador, incluyente y envolvente que es todo en torno al nacionalismo, del orden de lo obsesivo compulsivo; pesadas, espesas y brumosas alusiones a la sangre y la tierra. Por no hablar de la suficiencia, en plan fray Junípero regala un libro a un indígena del Perú que mira asombrado el curioso artefacto de papiro prensado.
En El Mundo, Federico Jiménez Losantos aborda la mano tendida del presidente del Gobierno como una concesión: "Rajoy le pide a Mas 'imaginación'. Yo imagino que en Cataluña se cumple la ley... y es que no me lo creo". Ni casi nadie.
La respuesta de Mas a todo esto está en la apertura de "Política" de La Vanguardia, en un texto de Josep Gisbert: "'La dinámica de los estados no puede ni debe ahogar la dinámica de los pueblos'. Este es el mensaje que, según Artur Mas, Cataluña puede expresar en este momento a Europa, según destacó anoche en el acto de entrega de las Cruces de Sant Jordi. 'En Europa quizás se habla demasiado de la dinámica de los estados, que no dejan de ser unas estructuras administrativas, y poco de la dinámica de los pueblos, y lo que puede aportar hoy Cataluña en este sentido es la aspiración de que le sea reconocido un mensaje de potencia democrática', enfatizó el presidente de la Generalidad, para quien 'la fuerza de Cataluña no está en una persona ni en un grupo de personas, sino en la fuerza democrática de la gente'".
Más inquietante aún es la portada de El Punt Avui, que recoge la entrevista inaugural de su canal de televisión, una concesión exprés gentileza del Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC). "Se lo pondré difícil al Estado si se quiere cargar la consulta", advirtió el "president". Todo aboca al choque y Mas cada vez interpreta el papel de piloto kamikaze con mayor convencimiento, como si estuviera realmente cómodo en la carlinga.
En El Periódico, Fidel Masreal y Xavier Barrena firman un texto premonitorio: "Doscientos días de vértigo. Esto es lo que le espera a la política catalana a la vista de que el Gobierno [autonómico] ha decidido pisar el acelerador hacia la consulta del 9 de noviembre, abriendo todos los frentes y poniendo en marcha vías legales que, según advirtió ayer el presidente [autonómico] Mas, serán difícilmente impugnables por el Estado. Eso sí, los socios de CiU siguen a la espera de concreciones y lo que sí es cada día más tangible es que la vía del diálogo es desechada con displicencia en el Palacio de la Generalidad".
La dinámica de los pueblos y la termodinámica de los políticos, que en el caso de Mas genera anticuerpos como "Societat Civil Catalana", a la que Juan Carlos Valero introduce en su artículo en la edición catalana de Abc. La confluencia de profesionales, pequeños y medianos empresarios y profesores en esa plataforma salpica los periódicos en los últimos días, como si estuviéramos ante la prodigiosa aparición del primer "bolet" de la temporada. "Alentar a los desmovilizados unionistas", escribe Valero que es el propósito de SCC, cuya puesta de largo se lleva a cabo esta tarde en el Teatro Victoria. No tiene nada que ver, pero Joaquín Luna recuerda en su artículo de La Vanguardia la famosa anécdota del cartel franquista "¿Qué has hecho tú por la victoria?" en el que una mano anónima respondió: "ponerle un piso en Aribau".
"Societat Civil Catalana" ha causado una cierta impresión, incluso en la prensa de Barcelona, que contempla entre pasmada e incrédula la salida del armario del "unionismo", apelativo sobre el que habría que debatir por extenso. Es el contrapunto del aluvión de novedades del frente soberanista, capaz de producir dos campañas propagandísticas por minuto; un clavo ardiendo, un "ja n'hi ha prou" con perfiles de resistencialismo cívico vasco. Es la Disidencia.
Del contrapunto al contrataque, Joaquim Nadal y la dirigencia socialista de Gerona asaltan las crónicas políticas. La prensa de Madrid trata de comprender la envergadura del reto de Pere Navarro, el primer secretario de los socialistas catalanes, pero subraya el boquete provocado por la espantada en grupo de los "soberalistas". En Abc es la portada, con un título en negativo: "El PSC sigue a la deriva". La crónica de la dimisión en bloque de la cúpula del partido en Gerona es de Àlex Gubern, que afirma:
"Como una herida que no acaba de cerrar, el PSC sigue sangrando por su flanco catalanista. Cerrada en falso la crisis entre los favorables al proceso soberanista y el sector oficialista y mayoritario, nueve miembros de la Ejecutiva del partido en la provincia de Gerona renunciaron ayer a sus cargos, en lo que es un nuevo episodio de una metástasis interna ya crónica. Figuras de peso como el ex consejero de la Generalidad Joaquim Nadal o la portavoz del PSC en el Ayuntamiento y la Diputación de de Gerona, Pía Bosch, están entre los dimisionarios, un nuevo frente para un Pere Navarro que no logra pacificar el partido".
Toni Bolaño asegura en La Razón que "los movimientos tácticos están carcomiendo al PSC. La dirección del PSC no quiere aplicar el 'palo y tentetieso' con los díscolos, a pesar de haberlo anunciado -¡grave error!-, y los disidentes no quieren abandonar el partido porque entre otras cosas no saben a dónde ir ni con quién irse. Por eso, siguen con la táctica del desgaste...".
En el Ara le dedican una nota al "desembarco" de dirigentes del PP en Barcelona. Se encuentra en Barcelona la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en una evaluación sobre el terreno de las dimensiones del órdago de Mas. Se tiende a pensar que el "president" va de farol, pero suerte ha tenido la vicepresidenta de que le hayan dejado aterrizar en Barcelona a tenor del recibimiento de Francesc Homs, el consejero de propaganda. Se conoce que los miembros del Gobierno deben comunicar a las autoridades locales sus desplazamientos a la Comunidad y que el portavoz de Mas se enteró por la prensa de la visita. Pretende la vicepresidenta reunirse con los editores, lo que también ha sulfurado a Homs. A saber lo que le cuentan... En Ara descuentan que no habrá contactos de alto nivel entre ejecutivos, aunque nadie descarta un encuentro casual.
23 de abril. Día del Libro y de las rosas. San Chorche en fabla.