Hay vida más allá de la política o la verdad está ahí fuera, como en Expediente X. Lo demuestran los diarios. Han detenido al asesino del Born, Hicham Jaamit, un nombre que confirma nuestras prevenciones, ya sean fruto del desengaño o de la estupidez. Un chaval de 20 años. En El Mundo está su foto, en la página 18 de la edición catalana, en compañía de la crónica de Javier Oms. El cronograma permite el titular: "El homicida de Ciutat Vella fue retenido y liberado tras el crimen". En La Vanguardia, la explicación del suceso, a cargo de Enrique Figueredo, incluye la eficacia policial, el celo de un agente que olió la sangre y ató los cabos. Es inevitable encuadrar el caso en el formato televisivo, que es lo que hace el director del diario de Godó, Màrius Carol. El referente CSI aplicado a los Mossos d'Esquadra alivia tensiones en el cuerpo, cuyo jefe policial es agasajado con un semáforo verde. El jefe político, consejero Espadaler, también debe estar contento. Tendremos que esperar a próximos capítulos para saber los porqués de Hicham. La víctima, como en sus pantallas, ha perdido el nombre desde el minuto uno.
La política, en cualquier caso, es una humedad que lo acapara todo. La Consejería de Interior puede gestionar un éxito y el Ministerio de lo mismo aborda las implicaciones del tuit antes de tiempo sobre la redada contra el "aparato de makos" (las cárceles) de ETA. La mayoría de los periódicos dedica más atención a la pelotera político-mediática que al eje argumental. La fotografía de portada (en El Mundo, Abc y La Razón) de la abogada Arantza Zulueta, que es tenida por la jefa de la banda criminal, concluye cualquier debate. Los terroristas podrán imponer su "relato" (la palabra de los necios), pero han perdido la batalla de la imagen. Ahora bien, si Zulueta con la cara paga y sobran las palabras, la misma foto con otro texto nos mostraría a una feliz abuela, el prosaico matriarcado euskaldún y todo eso.
Como los políticos parecen en fase de hibernación, emitiendo tan sólo débiles señales de su existencia, los diarios ensanchan sus horizontes. La mejor noticia para el Gobierno de Rajoy es la portada de La Vanguardia, que titula a todo trapo que "España ya logra financiarse a precios anteriors a la crisis". Encantandora fotografía de portada, las cataratas del Niágara heladas, una delicatessen de Aaron Harris, de Reuters nada menos. Francesc Peirón, el corresponsal del diario en Nueva York comenta en su crónica que el Washington Post dice que hay fotos falsas de las Niágara heladas. Contradictorio. Tremendo carajal en los Estados Unidos, que están viviendo la pesadilla de la película El día de mañana, la de una glaciación súbita. Grandiosos efectos especiales, pero absolutamente reales y probablemente normales.
La exclusiva de ayer de El Periódico sobre las armas químicas sirias en Tarragona tiene eco y seguimiento en todos los diarios. La novedad es que una empresa de Constantí estaría encantada de ser la depositaria de semejante arsenal. Hay mercado para cualquier cosa y lo que usted no quiera para el rastro es. Es el caso, en lo moral, para entendernos, del cementerio nuclear al que optaban tres pueblos. Ya, ya, ya. El gas sarín no es plutonio. Tampoco el casino de Adelson es una petroquímica, pero es el mismo asunto. ¿O no? O sea que bienvenido sea el gas. A fin de cuentas, no será más peligroso que un cinturón de bombonas de butano. Otra refutación de la política, subordinada a la pela.
La pela, una palabra políticamente incorrecta en Cataluña. En Francia, el ministro de Barcelona, Manuel Valls, que ocupa la cartera de Interior (otra vez y otro catalán, y con Espadaler y Fernández ya son tres), ha prohibido al cómico Dieudonné, que es negro, por unas gracietas antisemitas. ¿Un negro contra los judíos? ¿Constantí quiere las armas químicas? Pues sí y no exactamente y de ningún modo. Francia está divivida entre partidarios de las caricaturas de Mahoma y partidarios de las víctimas del odio y de los chistes. Inacabable asunto.
En materia propiamente catalana, las novedades están en El Punt-Avui y en Abc. En el primero, Marc Bataller firma un texto sobre las negociaciones para montar una "candidatura cívica" soberanista para las elecciones europeas. ¿Todavía están con eso? CiU y ERC intensifican los trabajos, explica la crónica, y las fuentes negociadoras "son optimistas", se destaca. María Jesús Cañizares, en Abc, informa de que el Valle de Arán se prepara para la autodeterminación de Cataluña, que la Convergència de Arán está por la independencia, pero de la Generalitat y de mantener relaciones con el resto. Literal.
La opinión. Diferencias entre comprar un periódico y leer los diarios. Sobre lo primero. En La Vanguardia escribe Sergi Pàmies un artículo titulado "Los mejores vecinos", que justifica el gasto:
"Guerra de banderas en un edificio de mi barrio. En dos balcones vecinos, una bandera independentista y una española compiten para reafirmarse. De entrada, en silencio; más tarde, con miradas de recelo que se transforman en exabruptos entre los que, a la hora de las sobremesas festivas, salen a fumar al balcón. También ha ocurrido en algunas familias, que los días de reencuentro han tenido que hacer equilibrios para que la política no interfiriera en la digestión del turrón. Superadas las vacaciones y a punto de encarar el mes más catastrófico de las economías domésticas, la política oficial continúa. A medio camino entre la consigna y el propósito de año nuevo, algunos independentistas repiten que, una vez tengamos Estado propio, los españoles serán 'els nostres millors veïns'". Y continúa.
Un ejemplo de lo segundo, de la necesidad de leer periódicos. Luis R. Aizpeolea titula su pieza así: "Al Tea Party le molesta el final de ETA". Y dice: "El Tea Party español, con Aznar al frente y su potente eco mediático, no ha asumido el cese definitivo del terrorismo, la legalización de la izquierda abertzale -pese a rechazar en sus estatutos el terrorismo de ETA- ni la aceptación por los presos de la ley penitenciaria. Le molesta el proceso de fin de ETA". Hay que leer de todo o lo que hay que leer.