Vida

La 'premsa' lincha a Navarro por su foto con Rivera y Camacho

Los periódicos no localizan a Bibiana Ballbè, acosada en las redes sociales por la cultureta que quería abanderar. A Mandela sólo le faltaba hablar catalán. Exclusiva sanitaria en El País catalán.

6 diciembre, 2013 10:33

Ha muerto Nelson Mandela. Contemos los días hasta que Artur Mas introduzca el relato de Madiba en sus vidas pasadas y en sus inspiraciones futuras. La fotografía del primer presidente negro de Sudáfrica está en todas las portadas y todos los diarios le dedican editoriales, reportajes, crónicas, recopilaciones, apuntes y artículos en clave panegírica. No se recordaba tal despliegue desde el fallecimiento de Juan Pablo II.

Ayer les hurté una entrevista de El Punt Avui que la muerte oficial de Nelson Mandela devuelve a la actualidad. Emili Bella sostenía una conversación con John Carlin, un periodista inglés al que los lectores pueden seguir habitualmente en El País. Carlin no se dedica sólo al periodismo deportivo, pero en España sus crónicas dominicales sobre la liga inglesa son muy seguidas. La película de Morgan Freeman y Matt Damon sobre Mandela se basa en el libro que escribió Carlin sobre la figura del presidente sudáfricano. Es su tema. La cuestión es que en esa entrevista el periodista y escritor asegura:

"Con Mandela en el sitio de Rajoy, Aznar o Zapatero, del presidente del Gobierno español, seguro que hace tiempo que se habría llegado a un modus vivendi con menos crispación. Mandela habría hecho el esfuerzo para entender qué quiere y qué piensa un independentista catalán, qué le motiva, qué teme y qué busca. Habría aprendido su historia y su lengua. Mandela habría aprendido catalán".

La última frase es el título de la entrevista, justificada por la inminente publicación en catalán de El somriure de Mandela (La Campana). La pieza periodística tiene muchos valores. Es interesante y demuestra hasta qué punto la realidad pasa por el embudo de lo particular. Te pones en pensar en Mandela y acabas ciscándote en Rajoy porque no habla catalán ni en la intimidad. Sólo gallego. No es una característica particular del periodismo en Cataluña. Ocurre también en Madrid, pero la intensidad del fenómeno en Barcelona es más acusada, mucho más; lo cual también explica que mientras la foto de la Delegación del Gobierno en Cataluña sea portada en todos los diarios editados en Barcelona (salvo en El Periódico) en los diarios de Madrid no rasque ninguna primera plana. La foto es la de Pere Navarro con Albert Rivera, Alicia Sánchez-Camacho y la delegada del Gobierno, Llanos de Luna.

En La Vanguardia, tal imagen aparece justo debajo de la cabecera y acompaña a este titular: "Rajoy: 'La Constitución no es un corsé que nos impida movernos". La historia de esa fotografía la firma en el diario barcelonés Iñaki Ellakuria con un titular de precisión: "Juntos pero no (del todo) revueltos". Escribe el periodista:

"Pero ese gesto de unidad de los tres partidos en torno al texto [la Carta Magna] escondía muchos matices y diferencias sobre la vigencia de la Constitución. Que el bloque constitucionalista no es ni mucho menos monolítico en Cataluña pudo comprobarse minutos después del brindis, con unas declaraciones de Navarro en las que subrayó las diferentes lecturas que hacen socialistas y populares de la Carta Magna. Se evidenciaron también las diferencias con los reproches de Sánchez-Camacho y Rivera a los socialistas catalanes por no sumarse a la marcha en favor de la Constitución".

La imagen que acompaña la reseña es de Pedro Madueño. En la portada seleccionan otra imagen del asunto, captada por Marta Pérez, de Efe.

En El Punt Avui dedican a esa fotografía más espacio en la primera plana que a la de Mandela. Y al tema, incluso. "Carta marcada" es el titular. "La Carta Magna española se ha convertido en el instrumento de la involución centralista del Estado". Apoyan la afirmación en una colaboración de Antoni Segura, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona. Afirma:

"A diferencia de Euskadi, la Constitución de 1978 fue aprobada en Cataluña con una participación del 67,9%, un 90,5% de votos a favor y un 4,6% en contra. Niveles de participación y votos favorables sólo superados hasta ahora enel referéndum de la ley de reforma política de 1976. Pero generalmente se olvida que sólo los ciudadanos que tienen ahora 56 años o más pudieron votar la Constitución. Por otra parte, la pérdida del consenso en los asuntos de Estado han llevado a no escuchar y, por tanto, no entender lo que ha sucedido en Cataluña. [...] Sin duda la Constitución es reformable o puede ser leída con la flexibilidad que recomendaban Lluch y Herrero, pero lo que no se puede cambiar son los políticos españoles y el ADN jacobino, homogeneizador, intransigente, centralista e intolerante que los caracteriza".

Nos falta un Mandela, es evidente.

La fotografía de Navarro, Rivera y Sánchez-Camacho se acompaña en la portada del Avui con el siguiente titular: "Navarro brinda con el españolismo catalán". ¡Toma!, el "españolismo catalán" ¿Afrikaaner? Suena mejor que "unionistas" y, total, tanto da. Quintacolumnistas tampoco está mal. Charnego no se puede decir, así que "españolismo catalán" puede cuajar. Incluso habrá quien piense que al menos no se niega la condición de catalanes a Sánchez-Camacho y Rivera. Pues sí, un avance. ¿Y los demás, qué necesitamos: Mandela o mandanga? Es que aún no me ha quedado claro.

Ivan Vila firma la crónica al respecto y tranquiliza al personal:

"El frente constitucionalista, sin embargo, no se repetirá en la manifestación prevista hoy, de la que Navarro dice que 'alimenta el frentismo' [...]. En el Twitter, el diputado de ERC Pere Bosch 'se'n fot': Que nadie piense mal, Navarro estaba ensayando para protagonizar la próxima campaña de una conocida marca de cava...'. La de los anuncios navideños, y la que tiene un presidente que ha dicho que Cataluña es parte de España y así debe seguir es Freixenet".

¿Boicot? ¿A quién? ¿A Navarro o a Freixenet? Diez años se van a cumplir, el próximo día 16 precisamente, de la firma del Pacto del Tinell, el de la famosa cláusula mediante la cual los firmantes, PSC, ERC e ICV-EUiA, se comprometían a no llegar a ningún tipo de acuerdo o colaboración con el PP. El efecto fue tal que tres años después, Artur Mas prometió lo mismo ante notario. Tal vez por eso la fotografía de Navarro con "el españolismo catalán" haya causado cierta conmoción. También en el Ara, bajo la imagen de Mandela. "PSC, PP y C's celebran juntos la Constitución" es el escueto titular. Cristian Segura firma la crónica, que encabeza así: "Navarro entra en el club del orden constitucional". Y dice:

"Podría parecer una fiesta de disfraces si no fuera porque estamos en la delegación del Gobierno español, en Barcelona, y es la vigilia del aniversario de la Constitución. Uniformes de Guardia Civil, de Policía Nacional, del Ejército de Tierra, del Aire, conjuntos de elegancia castiza y muchas insignias. El ambiente es regio, democráticamente autoritario".

La sustancia política está unas líneas después: "'No podemos dejar que la Constitución se la apropien determinados partidos' intentaba justificarse el líder del PSC ante los periodistas, después de conceder la primera fotografía -las redes sociales iban llenas después- del frente antisoberanista, al lado de Rivera y Camacho", escribe Segura diez años después del dicho Pacto del Tinell. Al lado de Rivera y Camacho, ¡qué barbaridad! ¿Mandela another time?

Antes hemos recuperado una entrevista de ayer. Ahora le toca a un artículo. De antemano, disculpas. Se trata de un texto de Laura Freixas en La Vanguardia titulado "España contra Cataluña". Sostiene la autora:

"Dentro de una semana se inaugura el congreso Espanya contra Catalunya: una mirada històrica (1714-2014), que tiene por finalidad, según anuncia el texto de presentación, explicarnos "la opresión nacional que ha sufrido el pueblo catalán a lo largo de estos siglos". Francamente, déjenme que me ría. Mi abuelo, catalán cien por cien -se llamaba Francesc Freixas Miquel-, que antes de la guerra había sido de la Lliga, cuando las tropas nacionales entraron en Barcelona en 1939 salió a la calle a gritar '¡Franco, Franco, Franco!'. Se desgañitaba con tanto ardor que su esposa, Carme Cortès Lladó, que era muy fina, le daba golpecitos en el hombro murmurando: 'Paco... Paco...'. Yo nací en 1958 y crecí rodeada de familias catalanas de toda la vida que jamás alzaron la voz contra el franquismo y que hablaban castellano con sus hijos. Si quieren más detalles, lean las memorias de Esther Tusquets, Habíamos ganado la guerra, excelente retrato de esos catalanes franquistas que ahora nos quieren hacer creer que no existieron".

Y ya que en esta revista también hablamos de libros, una recomendación: la editorial Diéresis acaba de lanzar un libro imprescindible. Se trata de Diario de un estudiante. París 1914, de Agustí Calvet, Gaziel, con prólogo de Enric Juliana, epílogo de Manuel Llanas e impecable traducción al castellano de José Ángel Martos. Una edición ejemplar.

Otro capítulo, no exactamente cultural, pero para iniciados. Bibiana Ballbè está ilocalizable y no coge el teléfono. La rebelión de los creadores contra su rave de diez horas en el Ars Santa Mònica, de la que está a punto de ser ex comisaria (parece ser), está ya en todos los periódicos. Hay una parte de cachondeo, pero también el lado cainita de la cultureta, de una crueldad y de una propensión a los linchamientos que tal vez explique gran parte de la basura que cuelga en las galerías, se exhibe (aún) en los cines o alcanza la categoría de letra impresa. Eso, al margen de lo que haya hecho mal o de más Ballbè.

Más temas. En El Mundo, su suplemento cultural entrevista a Juan Marsé y ahí muestra el diario de Pedro J. esa tendencia del embudo de lo particular. Marsé sostiene: "No me gusta la patria de CiU y ERC". En realidad, la entrevista va sobre el montaje teatral Adiós a la infancia, una aventí de Marsé, elaborado por Pau Miró y Oriol Broggi a partir de las novelas del autor barcelonés. Alberto Ojeda firma el texto, cuyo titular interior es: "La Barcelona de hoy es completamente irreal". Destacan otra frase de Marsé: "Tenemos un 'futimé' de políticos ineficientes o corruptos y una panda de jueces y magistrados que no sirven para una mierda". Todo es Cataluña, a veces.

En Abc, como en La Razón, mantienen el pulso en esa agenda catalana, con la nueva sentencia del Supremo sobre el castellano en la escuela, la agencia de espionaje y la negativa de Amnistía Internacional a verse involucrada en los fastos del tricentenario en Cataluña. Ignacio Ruiz Quintano remacha en la contraportada del diario de Vocento:

"-¿Independencia?, -flipaba Pla-. Los catalanes podemos fabricar muchos calzoncillos, pero no tenemos tantos culos. Podemos organizar un Mossad que nos tenga al tanto de los niños que en el recreo pidan ir a las cosas del pís y del popó en castellano, pero para mantenerlo debe funcionar el shopping, y el shopping sólo funciona con los turistas chinos".

Hay más informaciones. El Periódico lleva una encuesta en la que afirma que el PP perdería 54 escaños pero que pese a la corrupción, la crisis y todo lo demás, ha frenado su caída. Firma el texto José Rico: "El Barómetro Político de España del Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para El Periódico brinda un respiro a Mariano Rajoy, que ganaría de nuevo las elecciones con una marca de 132 a 136 diputados (hoy tiene 186). La caída podría llegar a ser de hasta 54 escaños, pero el partido ha repescado una quincena en los últimos cinco meses. El sondeo se realizó la última semana de noviembre, pocos días después de conocerse la nueva ley de seguridad ciudadana y de que el juez del caso Bárcenas hallase indicios de la existencia de una contabilidad en negro en el PP". Ojo a este detalle inserto en el texto: "El órdago soberanista catalán se plasmaría en el Congreso con una fuerte crecida de ERC (de 3 a 9) y la entrada del Movimiento Ciudadano, marca estatal de Ciutadans. El sondeo le otorga de 2 a 4 escaños".

Y para terminar, una exclusiva, en El País. No se trata de la entrevista a Felipe González, sino de una noticia que aparece en la portadilla de la edición de Cataluña. "San Pablo [se refiere al hospital, no vayan a pensar...] retrasa una intervención para atender a un paciente privado". Es una información de Jessica Mouzo, que escribe: "La presidenta del comité [de empresa del hospital], Carme Pérez, aseguró que al paciente de pago se le operó a las cuatro de la tarde, tal y como estaba programado, mientras que el enfermo de la sanidad pública no pudo entrar en quirófano hasta 'cerca de las siete y media de la tarde', después de que el equipo médico necesario quedara libre". Free Nelson Mandela.