El anuncio de un Consell Nacional extraordinario del PSC presagia emociones fuertes. De entrada, Rafael Nadal, en La Vanguardia, describe el panorama socialista español a brochazos críticos: "Hace tiempo que los dirigentes del PSOE traicionaron los valores de las clases populares y medias y cedieron al dictado de los poderosos para blindar sus propios privilegios de casta. Olvidaron la justicia, la igualdad y la libertad de los pueblos y las personas, para acomodarse a un radicalismo verbal al servicio de reclamaciones elitistas y minoritarias. Desde entonces, están en decadencia y caminan desnortados". Y tras un comienzo en clave de estopa, un final a la altura: "Por ahora no sé ver qué parte de este PSOE puede haber emocionado a Pere Navarro, ni al PSC. A menos que también ellos ya sólo piensen en su propia supervivencia".
Para La Vanguardia, el consejo sorpresa no es noticia de portada, aunque en páginas interiores, además del artículo de Nadal, una crónica de Jordi Barbeta y Juan Carlos Merino avanza el planteamiento oficialista: "La dirección del PSC controla el Consell Nacional y pretende forzar la aprobación de una resolución en la que sin apostatar del derecho a decidir supondrá de facto la ruptura con la estrategia de la mayoría parlamentaria favorable a la consulta".
En El Periódico se afirma desde portada que "Navarro echa un pulso al sector crítico". En Ara van un paso más allá y titulan: "Navarro declara la guerra a los críticos". La contienda ya se habría decantado, o casi, a favor del líder de los socialistas catalanes según la interpretación de la primera plana de El Punt Avui: "El PSC pone a los críticos contra las cuerdas". De entre las piezas de los dos diarios soberanistas, destaca el artículo que firman en Ara Joan Ignasi Elena, Jordi del Río y Fabián Mohedano, dirigentes del sector crítico. Bajo el título: "Lo que has de decir o lo que hemos de decidir", escriben:
"Somos PSC. Porque nos sentimos más cerca de cualquier llamamiento a la unidad del catalanismo popular (origen, por otra parte, del catalanismo) que de aquellas personas que, legítimamente, llaman a la unidad de España. Más cerca del bando de las fiestas mayores de Granollers que de Susana Díaz. Y, sobre todo, porque el derecho a decidir de los ciudadanos debe ser el punto de encuentro irrenunciable del conjunto de la izquierda".
No será precisamente un choque de trenes lo que ocurra en el cónclave extraordinario, puesto que los críticos admiten su condición de verso minoritario, pero ya advierten de que, pase lo que pase, seguirá la interferencia en la señal socialista. "El próximo domingo, nuestras posiciones seguramente serán minoritarias en el Consejo Nacional. Pero que nadie lo dude, también somos PSC y continuaremos luchando desde el PSC. La última palabra la tiene la gente, que es la que debe decicir. Sin demasiados argumentarios previos", concluye el trío crítico su manifiesto en Ara.
Sobre el llamado "derecho a decidir", Joaquim Coll, en El Periódico, precisa: "Este puede ser una reivindicación, pero en ningún caso un derecho que se pueda invocar [...]. Este malentendido, políticamente nada inocente, por supuesto, nos ha conducido a un callejón sin salida. Y como la confusión es la antesala de lo cómico, llevamos semanas comprobando hasta qué punto la posición de los partidos que han suscrito el derecho a decidir es dispar en casi todo". El artículo se titula: "Viaje a ninguna parte".
Casi con toda probabilidad tenga más peso dentro del PSC un texto como el de Coll que el manifiesto de Elena, Mohedano y Del Río, quienes cuelan entre las demostraciones de su socialismo el eufemismo "península Ibérica" para referirse a España o elogian el gesto de la chancleta. Mañana será día de réplicas, dada la afición de apocalípticos e integrados a tender la ropa en los periódicos.
En el Ara y en El Punt Avui, las informaciones sobre el PSC llevan el membrete de "crisis", el mismo que en el resto de los diarios se emplea para abordar las fracturas internas en el bloque soberanista de las que habla Coll, un bloque que resulta muy mermado con el PSC orientado hacia una tercera vía, o de escape.
Fuera del foco socialista, Oriol Junqueras intenta plegar velas con la inestimable colaboración de Convergència. Los suaves reproches junto a la "matización" (sólo era un ejemplo, dice) parecen eximir de toda responsabilidad al líder republicano. En Abc, sin embargo, Juan Carlos Girauta, anima a Junqueras a cumplir con sus amenazas. En un texto titulado: "Centralidades", el columnista afirma: "Adelante con los faroles, Oriol. Háztelo, tírate de la moto, échale huevos". También alude Girauta a los empresarios: "Si una huelga general de una semana no consigue ponerlos de cara y devolverles el habla, aunque sea un rato, entonces no tienen arreglo y, efectivamente, morirán de perfil, como Antoñito el Camborio".
Sin embargo, en La Vanguardia aseguran en portada: "Aluvión de críticas a la propuesta de Junqueras de parar la economía". Aluden a De Guindos, Mas Colell, la CEOE o la UGT para justificar el "aluvión", pero no le dedican al asunto ni un comentario editorial, ni la carta del director, ni un semáforo en rojo. Lo más duro contra Junqueras que se puede leer en el diario de Godó es el artículo de Pilar Rahola titulado: "Populismo". Como premisa, la articulista define a Junqueras como "un político serio y relevante". "Conociendo a Junqueras, es probable que sea uno de esos símiles didácticos, propios de su talante académico, que no le ha salido bien. Y por sus matices posteriores, la cosa debe ir por aquí", continúa Rahola, quien, no obstante, llama al orden: "Cuanto más radicales, menos confiables, menos serios, menos serenos y más vulnerables. La prueba es la alegría de algunos micrófonos cavernarios con el zapato...".
¿Micrófonos cavernarios? Ahora ya se entiende todo. La prensa de Madrid, que manipula.
Hoy, dicha prensa está más pendiente del fin del rescate bancario, que es el titular principal de El País y de los detalles del caso Urdangarín. El Mundo titula: "Maniobra del fiscal para que la infanta no sea imputada". Las excarcelaciones se están convirtiendo en una costumbre. En el diario de Pedro J. asoma la cara Kubati, el asesino de Yoyes y de muchas más personas. En el Abc, la portada la ocupa el nuevo presidente de Iberia, Luis Gallego, que alerta del riesgo de la caída de Barajas si no se reestructura la compañía. Se justifica la portada, el propio diario, porque es la "primera entrevista" que concede Luis Gallego.
Semejante scoop les impide tratar con mayor propiedad el tema de los etarras, aunque consiguen introducirlo en un margen de la portada con el siguiente titular: "Dos violadores, un asesino en serie, trece etarras, un grapo y dos policías asesinos salieron ayer a la calle". Ilustran con una imagen del violador del ascensor, que también se llama Luis Gallego, Pedro Luis Gallego Fernández, matiza el pie de fotografía.
En La Razón, este Gallego, embozado a la salida de la cárcel, es el protagonista de la portada, con el titular: "Los violadores pedirán fuertes indemnizaciones por el tiempo 'extra' de cárcel".
De retorno al plano local, la edición catalana de El País destaca: "Montoro pagará los 1.700 millones del fondo de liquidez antes de fin de año". En el subtítulo de la crónica, unas palabras de Mas-Colell, quien cree que con la independencia "se podrían bajar un poco los impuestos". Impresionante. Firma la información Dani Cordero. En La Vanguardia, el "rescate" de la Generalidad es la idea principal de la portada: "El Gobierno [autonómico] recibirá del Estado 1.700 millones pendientes".
La comparecencia de Espadaler en el Parlamento autonómico forma parte del menú político. Todos los diarios coinciden en subrayar que el consejero de Interior se plantea incluso levantar la suspensión cautelar de los agentes y que seis de ellos se han negado a declarar ante Asuntos Internos. De lo visto en el Parlamento autonómico se puede deducir que es el director general, Manel Prat, quien mantiene en el cargo a Espadaler, convertido en una suerte de portavoz sindical de los mossos ante la sorpresa de los miembros de la comisión. Nada extraordinario, por otro lado. Aquí y ahora, todo es posible.
En la edición catalana de El País, por ejemplo, se informa: "Detenido el ex rector de la Universidad Rovira i Virgili por el caso Innova", relativo a las irregularidades en las empresas municipales de Reus. Claro que al lado de la discusión sobre si se imputa o no a la infanta y las sueltas masivas de terroristas, asesinos y violadores, que un rector pueda ser un presunto delincuente es poca noticia, una nota a pie de página de momentos convulsos. Los delincuentes salen por una puerta y los rectores entran por la otra. Qué país, qué paisanaje, dijo Unamuno.