Toda la carga de civismo, ghandismo y buenrollismo del "derecho a decidir", esa reedición del flower power con estelada,todas esas familias con carnet de descuento en la Casa del Libro, todo eso y más se puede ir a hacer gárgaras en un microsegundo con la escalofriante irrupción de Otegi, sí Arnaldo Otegi, en este superdemocrático e ilusionante montaje de la independencia. La aparición estelar de ese individuo en el "proceso catalán" es seguramente la campaña en contra de la independencia más eficaz de las llevadas a cabo hasta ahora, si es que ha habido alguna. Pero inquieta y, sobre todo, acojona. En dos líneas, los partidos catalanes que han formado la comisión del, por abreviar, DAD, -todos, salvo PP y Ciudadanos-, aplauden hasta romperse las manos la propuesta de la CUP, la cuota radical parlamentaria, de pedirle al preso Otegi que participe, vía documento, en la citada comisión, alojada nada menos que en ese Parlamento autonómico que tanto dicen respetar. Sí, sí, a la vista está.
A modo de sugerencia, no estaría mal tampoco que se recabara la opinión de El Solitario, aquel famoso atracador de bancos cuyo propósito confeso era denunciar los intereses abusivos y la colocación de preferentes por el método de encañonar al personal y llevarse la pasta. Seguro que su experiencia puede alumbrar nuevas vías en el contencioso fiscal con España. Y seguro también que los diputados podrían sentirse algo más relajados respecto a su integridad física e incluso moral que en compañía del otro. Pero, de momento, a quien van a hacer caso los parlamentarios del "frente nacional" es al individuo que ya el pasado domingo se entrevistaba en El Punt Avui.
La capacidad de construcción de excusas no tiene límite en la política catalana, sobre todo entre los diputados de Unió. Algunos se irán a mear cuando toque leer el papel o mensaje de vídeo del colega vasco, pero seguramente ése sea el gesto más digno que acontezca en dicha comisión. Y es que es verdad, la historia va como va y quienes antes fueron mafiosos, piratas o terroristas sin escrúpulos ahora pueden ser reputados demócratas y acrisolados pacifistas. En Europa mismo, en aquello de los Balcanes, está a la orden del día.
Esto de ese personaje se explica con amplitud y en portada en El Mundo y aparece también en La Razón, El País y Abc. Sin embargo, La Vanguardia pasa por alto el detalle en lo que pudiera interpretarse como una señal de que cuanto menos se sepa de lo de homenajear a Arnaldo en sede parlamentaria mucho mejor. La Vanguardia es uno de los pocos diarios que aún se pueden leer entre líneas. Es más, a veces sólo se puede leer entre líneas, pero si en toda su primera edición no aparece la palabra Otegi el ejercicio resulta harto complejo.
Con semejantes referentes de frontón, que no sólo rima con paredón, sino que, además, lo parece, El Punt Avui, hiperactivo, informa sin complejos sobre el formato de la consulta. Se sabía que quieren que voten los mayores de 16 años, que deberían votar también los extranjeros y los "sin papeles" (a ser atendidos en un ambulatorio todavía no tienen derecho, pero a votar sí, fenómeno) y ahora se afirma que la consulta podría durar dos días, para fomentar la participación, y que se podrá votar hasta por internet durante una semana entera. No es una broma; hoy no es un día precisamente para chistes. Es la portada del citado diario, para que nadie se llame a engaño de lo que podría pasar de aquí a unos meses. Se atribuyen estas propuestas, el colmo de la democracia total, a los pensadores de Convergència.
En cuanto a la opinión en los periódicos, La Vanguardia acoge el ya tradicional debate entre Francesc de Carreras y casi todos los demás columnistas de la casa. El catedrático disidente asegura que "si discrepas, porque ello es jurídicamente posible dado que estamos en un Estado de derecho, las represalias son encubiertas, pero reales; allí donde el nacionalismo es influyente, también en ciertos sectores de la sociedad". Por arte de intuición, o no, Salvador Cardús le responde que cambie de disco y ponga otra canción, que la queja de que los medios catalanes excluyen toda opinión contraria al soberanismo es mentira y que, además, a los catalanes les gusta más Sálvame que TV3. En cuanto acabe la revista de prensa me voy a poner la radio a ver si es verdad.
En Abc explican las cuentas del Estado desde una visión de esas que en Cataluña se consideran zafias y soeces, como de "brunete mediática". "Cataluña recibe en los últimos ocho años un 56% más que Madrid", dicen en un rincón de su portada los muy herejes. En La Razón, el tema principal es el "SOS internacional de Mas". Se van a enterar hasta en la Meca del cine. La historia no tiene desperdicio. La Generalidad enviará a las estrellas de Hollywood y Bollyvood y a la intelectualidad mundial un libro titulado Catalonia calling, como la canción de los Clash. Un acierto. Se nota que Madí se ha leído las memorias de Koestler y sabe de las actividades de la compañía Münzenberg, la célula informativa que consiguió simpatizantes de la URSS hasta entre los senadores republicanos de los USA.
Claro que todo esto y hasta el propio derecho a decidir se puede quedar en nada, una pura contingencia. En El Periódico titulan "Alerta sísmica" en relación a los temblores de tierra en el Delta del Ebro (también en el Ara se hacen eco a lo grande). Nada de bromas, tampoco aquí. Una plataforma en el mar con un depósito de gas podría ser la causa de un fenómeno que remite a la volatilidad de El Hierro.
Efemérides: en Abc destacan la edición de un libro que celebra el 25 aniversario de Amanece que no es poco, la película de José Luis Cuerda, que firma el prólogo de unas "memorias" que se atribuyen a la privilegiada cabeza de su ayudante de dirección: Emiliano Otegui, con u intercalada.