Peratallada

Peratallada Freepik

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El encantador pueblo medieval de Girona salido de una película Disney: fortalezas, castillos y ferias medievales

Un icono del Empordà por su castillo, sus mercados y su deliciosa gastronomía

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Hay pueblos que parecen sacados de un cuento Disney y no hace falta ir muy lejos para descubrirlos. En Cataluña, muchos de ellos ya cuentan con su propio castillo y si está en algún lugar con una rica vegetación, ya hacen el combo perfecto.

Uno de los que más llama la atención se encuentra en el corazón del Empordà, en la provincia de Girona. Se trata de un encantador pueblo medieval de nombre particular. Sólo tiene una palabra, pero compuesta. Su significado: piedra cortada.

El nombre hace referencia a los edificios allí erigidos. Sus casas y murallas están hechas de enormes piedras de los cercanos Pirineos, lo que le da un aspecto medieval, al más puro estilo de La bella y la bestia.

El lugar en cuestión es Peratallada, una localidad que enamora sin necesidad de hacer nada. Su casco antiguo, magníficamente preservado desde el siglo XI, parece no haber cambiado desde entonces. 

Entre Alicia y Bella

Obviamente, no es así, pero como pasa con el cuento de Alicia, a la que cruzas su umbral, se descubre un lugar cuyas reglas son otras. Aquí apenas circulan los coches, tienen restringida la entrada.

Aquí es mejor detener los motores y pasear a pie. De esta manera, el visitante puede admirar las residencias de piedra y el imponente castillo fortificado en su centro.

Una calle de Peratallada

Una calle de Peratallada CANVA

Un castillo milenario

El principal atractivo de Peratallada es su castillo, el cual fue el corazón de la baronía de la familia Peratallada desde el siglo XI. Documentos del año 1065 confirman su existencia, aunque algunos elementos sugieren que se erigió sobre una fortaleza aún más antigua.

Sus muros, de 4 a 5 metros de altura, sustentan un majestuoso palacio. En su fachada destaca la entrada de estilo adintelado y un nivel intermedio construido en madera.

Qué ver

Pero los encantos de Peratallada no mueren en su fortaleza. Otra parada obliga es la Iglesia de Sant Esteve, una construcción románica del siglo XIII que alberga la tumba del Barón Gilabert de Cruilles. Su campanario de cuatro arcos y el recinto amurallado que lo rodea añaden un toque aún más medieval al ambiente.

Muy cerca de allí, queda la Plaza de las Voltes, la típica plaza mayor de cualquier pueblo, donde se concentraban sus principales comercios. En su lugar, hoy se puede disfrutar de la mejor gastronomía local que sirven en los locales escondidos entre los arcos.

Y así, uno puede continuar recorriendo rincones, calles y plazas. Las llamadas paradas obligadas son el Portal de la Virgen, la Calle de la Roca, la Plaza del Oli y la Calle Mayor, joyas que esperan ser descubiertas, cada una con su propia historia y encanto.

El mercado medieval

Y si uno quiere sentirse del todo como Bella. Nada mejor que organizar la visita para caer en alguna de las fiestas de Peratallada. El primer fin de semana de agosto, por ejemplo, se celebran las fiestas principales, con una cena comunitaria en la plaza mayor, gigantes y cabezudos, actividades infantiles, música y danzas tradicionales.

Y en octubre, el municipio se transforma con su mercado medieval. Durante varios días, el pueblo se puebla de personas vestidas con trajes de época que participan en representaciones teatrales.

Fiestas

Aunque pueda parecer un mercadillo medieval más, Peratallada se vuelva por completo en su fiesta. Sus vecinos y participantes recrean durante esos días la llegada de los monarcas, combates entre caballeros y banquetes reales con trovadores.

Peratallada

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También se organizan talleres infantiles de pintura, cuentacuentos, tiro con arco, demostraciones de oficios medievales, paseos en burro y visitas a campamentos medievales, permitiendo a los visitantes experimentar la vida de los soldados de la época.

Todo eso convierte a Peratallada en un destino de cuento, pero lleno de historias reales y de una belleza que se puedo palpar y sentir.

Cómo llegar

Acercarse aquí es fácil. Desde Girona son apenas unos 40 minutos en coche. Se toma la C-66 y, al llegar a La Bisbal, se siguen las indicaciones hacia Peratallada por la GI-651.

El viaje es un poco más largo desde Barcelona, cerca de una hora y 40 minutos. En este caso el camino es similar, solo que arranca en la AP-7 en dirección a Girona hasta tomar la salida 9 en dirección Vidreres, hasta enlazar por la citada C-66.