El diminuto cementerio de los ingleses oculto en Tarragona: muy pocos lo conocen

Desde hace unos años se ha puesto de modo el llamado turismo negro. Bajo este nombre se esconden los viajes a lugares en guerra o donde ha habido alguna desgracia: desde la zona 0 de Nueva York a Siria o Kosovo.

Más light y mucho más interesante es hacer una escapada a los cementerios. Allí se esconden grandes obras de arte necrológico que incluso se estudian en las academias.

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Barcelona tiene el cementerio de Montjuïc o el de Poblenou, donde está la famosa escultura de un gitano con su paquete de tabaco en el bolsillo. Cada ciudad tiene sus peculiaridades. Y Tarragona no es una excepción.

Muchos no saben ni que existe, pero desde hace más de un siglo, la antigua Tarraco no es que esconda un camposanto romano, sino un cementerio diminuto e inglés. Un lugar desconocido que, hasta hace poco, pertenecía al ejército británico.

Un fossar de 1714

Su nombre ya es extraño, Fossar dels Jans. Su ubicación, ideal, pero particular. Se sitúa en el paseo marítimo de la ciudad, pero permanece oculto en una finca. 

Para saber que hace allí hay que remontarse a principios del siglo XVIII. Por aquel entonces sucedían dos cosas. Por un lado, sólo había cementerios católicos, donde no se permitían enterrar a gente de otros credos. Por el otro, la famosa Guerra de Sucesión (1701–1714). 

Un primer cementerio

La intervención inglesa en apoyo del Archiduque Carlos hizo propició la intervención de tropas británicas en suelo catalán. Algunos de ellos murieron en combate y necesitaban ser enterrados.

Tarragona ofreció un espacio en una zona de montaña por la zona del puerto, en la pedrera. De hecho se conocía con este nombre, el cementerio de la Pedrera del Port.

El primer difunto allí enterrado fue el cirujano militar John Jones. Era 1714. En su lápida, uno de los sepulcros más antiguos que aún perduran, aun se puede leer la inscripción latina Britaniarum contra Gallos apud Hispaniam (“Británicos contra franceses en España”). 

Después llegaron más. Con las diferentes muertes y batallas poco a poco fue creciendo. A comienzos del siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia, recibió a combatientes británicos caídos en el asedio de Tarragona de 1811. 

Traslado del camposanto 

Pero surgió un problema: las obras de ampliación del puerto amenazaron el cementerio de los ingleses y obligaron a las autoridades del Reino Unido a buscar un nuevo terreno. 

Finalmente, a mediados del siglo XIX, el Estado británico adquirió una finca en el litoral de Tarragona para establecer allí el nuevo cementerio, que es el que ha llegado hasta la actualidad.

Quién está enterrado allí

El Fossar dels Jans, por eso, no albergó únicamente soldados británicos. El cementerio acogió también a diplomáticos, comerciantes, residentes extranjeros y personas de distintas confesiones: católicos, protestantes, judíos y masones. 

Entre los sepulcros destacados se encuentra el de William Almgren, cónsul de Suecia en Cataluña, fallecido en 1817. Este burgués cuenta con el único panteón del recinto: un obelisco erigido en el centro de una de las salas.

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También destaca la lápida de Nora Holmboe, esposa del cónsul de Cuba en Tarragona, fallecida en 1936, con una losa de mármol adornada con flores en relieve. Otro ejemplo es la tumba de Luís G. Agostini, vicecónsul de Estados Unidos en Tarragona, fallecido en 1915.

Pero queda la duda. ¿Por qué el nuevo cementerio se llama el Fossar dels Jans? Los Jans era como la gente empezó a llamar a aquellos ingleses llamados John y, jans acabó siendo el término usado para referirse a los extranjeros. 

Los últimos fallecidos

Mientras tanto, el cementerio seguía creciendo. Durante la Guerra Civil, el 20 de enero de 1938, un ataque aéreo sobre Tarragona dejó numerosas víctimas. Entre ellas se encontraban siete tripulantes británicos del buque mercante Thorpeness, alcanzado en el puerto, cuyos cuerpo yacen allí enterrados. El último entierro documentado en el Fossar dels Jans tuvo lugar en 1992.

Desde entonces, el cementerio dejó de cumplir su función original, aunque permaneció como patrimonio histórico y cultural. A lo largo de las décadas, el espacio sufrió deterioro debido al paso del tiempo y al escaso uso. 

Cómo el 'fossar'

A pesar de que no se puede visitar, el cementerio inglés es como uno cualquiera. Está organizado en dos criptas paralelas, donde se alinean nichos en las paredes. 

En el suelo se encuentran también varias fosas comunes de soldados de los siglos XVIII y XIX. Las sepulturas trasladadas desde los emplazamientos anteriores se integraron en el nuevo cementerio.

De quién es

La existencia de enterramientos colectivos, especialmente aquellos que venían del port de la Pedrera del Port, dificulta precisar el número total de cuerpos inhumados y la identidad de muchos de ellos. En años recientes, la Embajada del Reino Unido en España y el consulado británico impulsaron tareas de restauración y mantenimiento y mejoraron la conservación de las criptas y del conjunto funerario.

El cementerio inglés de Tarragona es el único de su tipo en Cataluña, pero no constituye una singularidad absoluta. El recinto se halla rodeado de muros y ha permanecido tradicionalmente cerrado, lo que lo ha convertido en uno de los monumentos menos accesibles de Tarragona.

Proyecto de apertura

Todavía hoy permanece cerrado, aunque existen planes para su apertura. La embajada británica y el Ayuntamiento de Tarragona trabajaron en un proyecto conjunto para habilitar su acceso como espacio visitable y que el Fossar dels Jans se integrara en la oferta patrimonial de la ciudad.

En junio de 2023, la Embajada del Reino Unido y el Ayuntamiento de Tarragona alcanzaron un acuerdo para transferir gratuitamente la propiedad del cementerio inglés a la administración local. El proceso se encuentra en fase de cierre administrativo, pendiente de la formalización definitiva. 

Cómo llegar 

Quien quiera acercarse a husmear puede. Algunos instragramers y tiktokers lo han hecho. En coche es una hora de viaje, por la AP-7. Una vez en la ciudad se ha de ir hacia el paseo marítimo, donde se encuentra el cementerio, cerca de la playa y de la zona portuaria.

En tren, es una y cuarto de viaje con la línea R16 de Rodalies. Desde la estación, el cementerio se localiza a una distancia relativamente corta a pie.