Val de Toran

Val de Toran SHUTTERSTOCK

Viajes

Pocos lo saben, pero este es el valle más desconocido de Cataluña: muy cerca de la frontera de Francia

Hasta finales del siglo XIX y principios del XX, el valle se aprovechó para la extracción de minerales

Otras noticias: El pueblo de Girona con una playa de agua dulce en plena montaña: ambiente rural con balcones de madera y calles estrechas

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Cataluña es una tierra que invita a detenerse y redescubrir el ritmo pausado de sus pueblos, muchos de ellos arraigados a la memoria de siglos pasados y sorprendentes por su arquitectura y entorno. Desde Cadaqués, con su atmósfera bohemia y sus casas blancas abrazando el Mediterráneo, hasta Miravet, con su imponente fortaleza templaria a orillas del Ebro. Nos gusta el encanto medieval de Besalú y Pals o los puentes de piedra y acantilados de Castellfollit de la Roca. Cada uno de estos núcleos ofrece un relato propio donde la historia y la vida rural se funden con el paso del río, la piedra centenaria y esa calma que tanto valoramos lejos del turismo masivo.

El desconocido pueblo de Lleida

La Val de Toran se halla en el extremo norte de la Vall d’Arán, en la vertiente norte de los Pirineos, muy cerca de la frontera con Francia. Forma parte del término municipal de Canejan, dentro del terçon de Quate Lòcs, en la provincia de Lleida.

Hace siglos que la Vall d'Arán disfruta de una identidad muy marcada, con autonomía administrativa desde 1313 gracias a la famosa Era Querimònia. Este reconocimiento fue restaurado en 1990, y en 2015 se reforzaron sus poderes mediante una ley catalana. Además, el aranés ---una forma del occitano-- es una de las lenguas oficiales de Cataluña, junto al castellano y al catalán.

En este contexto, la Val de Toran es una de las ramas más apartadas del valle principal, nacida del río Torán y al pie de los lagos de Liat, poco conocida y casi virgen.

Hasta finales del siglo XIX y principios del XX, el valle se aprovechó para la extracción de minerales como zinc, plomo y hierro. Después quedó en abandono, especialmente, durante la Guerra Civil, y solo a partir de los años 70 y 80 se comenzó a rehabilitar con la recuperación de algunas casas y aldeas. Desde el punto de vista demográfico, es muy escasa en población. El municipio principal de Canejan tiene 101 habitantes y Sant Joan de Toran apenas cuenta con tres vecinos, según datos del INE 2024.

Sant Joan de Toran

Sant Joan de Toran WIKIPEDIA

Naturaleza y senderismo

Hoy conserva ese aire salvaje y profundo, con bosques de hayas, abetos y robles, que dominan un entorno donde el silencio y la densidad vegetal recuerdan a ambientes casi alpinos. Esto refuerza la sensación de aislamiento y autenticidad, muy valorada por quienes buscan tranquilidad auténtica en refugios de piedra y pasos de montaña.

Para quienes lo vayan a visitar, existen rutas circulares modestas --de unos 3 km aproximadamente-- que conectan puntos clave como Era Honeria, Eth Pradet y Sant Joan de Toran, aunque algunos tramos implican cruzar el río con cuidado, especialmente, en épocas de agua alta.

También, hay vestigios de las antiguas minas de Liat, abandonadas, y hoy convertidas en testimonio de la historia industrial local. Los recorridos permiten adentrarse en bosques espesos y descubrir la historia minera y rural del lugar.

Canejan

Canejan CATALUNYA TURISME

Qué hacer en Canejan

Pasear por sus callejuelas empinadas, en torno a la iglesia de Sant Sernilh, reformada en 1818, con elementos originales románicos y una pila bautismal del siglo XVI, es una parada obligada. Además, podrás disfrutar de varios miradores naturales como Pelarica o Deth To, así como del antiguo Refugio de la Foneria, todos ellos con balcones perfectos para respirar la calma y descubrir la historia que envuelven al lugar.

La cocina de la Ribera de Ebro es fruto de los productos de su tierra. Los platos más típicos se basan en carnes, pollo, rovellones, alcachofas y otros productos del huerto a la brasa o, también, las anguilas del río. La olla con pelota, la paella de arroz, las sopas, la butifarra con mongetes secas y toda clase de tortillas (de patata, de cebolla, de guisantes, de calabacín o de rovellones) son algunos ejemplos.