El tren que desaparece con la nieve. Este podría ser el otro nombre del ferrocarril de Cataluña que enamora a la prensa de viajes de todo el mundo.
No es de Rodalies ni pertenece a Renfe. Es uno de esos trenes históricos que Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) mantiene en activo por su valor patrimonial y turístico.
También es útil: conecta varios municipios del Pirineo y, por el camino, pasa por cuatro lagos y varios embalses. De ahí viene su nombre: el Tren dels Llacs.
Podría bautizarse como el tren de los cien túneles y puentes o, directamente, el tren de los Pirineos. Y es que, a lo largo de su recorrido, atraviesa más de 83 kilómetros de esta sierra, desde Lleida hasta La Pobla de Segur.
Por dónde pasa
En total, son 17 paradas, 75 puentes, 40 túneles, cuatro lagos y una experiencia singular. La revista Viajar lo ha calificado como “el tren más bonito de España”, y se debe tanto a su recorrido como al medio de transporte.
El Tren dels Llacs sigue el curso del río Segre y del Noguera Pallaresa y, tras un espectáculo a cargo del grupo de teatro La Cremallera, se adentra en el Montsec.
Pueblos con parada
Entre pueblos, paisajes, lagos y montañas, el tren se detiene en Balaguer y prosigue por los márgenes de los pantanos de Camarasa y de Sant Llorenç de Montgai.
Otros de los puntos culminantes son el embalse de Cellers y el pantano de Sant Antoni. El trayecto concluye en La Pobla de Segur, después de pasar por Balaguer, Tremp y Salàs de Pallars.
El Tren dels Llacs
El viaje dura una hora y 50 minutos. Es posible parar las veces que se desee durante el día y, sí, también regresar: el último tren sale a las 17 h. Las alturas limitan las horas y los viajes.
Los valles por los que circula quedan en sombra cuando las montañas ocultan el sol y tiñen el paisaje de tonos anaranjados.
Cuando subirse el tren
En invierno surge otro problema. Además de que el cambio de hora provoca que oscurezca antes, las nevadas son frecuentes y pueden impedir el paso de los trenes. Por ello deja de circular.
La actividad del Tren dels Llacs se detiene a mediados de otoño y no se reanuda hasta el deshielo. De abril a octubre concentra su mayor actividad.
Dos opciones
Quienes quieran subirse deben tener claro otro detalle, esta vez menor. FGC ofrece dos maneras de recorrer túneles, puentes y lagos del Pirineo: la opción panorámica y la histórica. Ambos hacen el mismo recorrido y los paisajes son idénticos, pero los trenes son muy distintos.
Por un lado, está el tren panorámico, el más moderno, que solo circula cuatro días de verano, de finales de julio a mediados de agosto. A pesar de su breve disponibilidad, es el preferido por quienes buscan fotografiar la ruta. Su diseño, con grandes cristaleras, ofrece una visibilidad mayor del entorno.
Una pareja fotografía un paisaje desde el tren
Los llamados Trenes Panorámicos son unidades GTW de la serie 331, con 90 asientos distribuidos en dos coches. Son cómodos, adaptados para personas con movilidad reducida y disponen de espacios para bicicletas.
Aunque lo más destacado son sus ventanas infinitas, panorámicas y alargadas. Todos los viajeros pueden hacer fotos desde su asiento. Además, cuentan con enchufes para cargar dispositivos móviles.
El tren histórico
El resto del año circula el tren histórico, sin ventanas panorámicas, pero con un encanto singular. Con más de 60 años de historia, este tren utiliza locomotoras diésel 10817 y 10820 que arrastran cuatro vagones construidos en 1968, pensados originalmente para servicios mixtos.
Su estética retro recuerda a la época de los hippies. Sus colores y tonalidades remiten a aquellos años en los que el Tren dels Llacs era conocido como el “tren ye-yé”.
Tren Panoràmic dels Llacs
Cuenta con una cafetería clásica y una barra desde la que contemplar el paisaje, además de un furgón postal y espacios con asientos y mesas.
Tanto el tren panorámico como el histórico ofrecen lo mismo: un recorrido único que atraviesa reservas de agua, montañas y rincones de gran valor paisajístico.
Y, si alguien se queda con ganas de más, siempre puede continuar la aventura al llegar a Salàs de Pallars. Desde allí parten autobuses hacia el Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, una zona que une la Vall de Boí con la Vall d’Aran y que alberga más de 200 lagos.
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