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Cuando se habla de los Pirineos, se piensa en esquiar, en montañas o en lagos. Poca gente conoce que aquí también se esconde el pueblo de España con más bares por habitante.

Lo curioso es que el municipio apenas supera los 1.400 vecinos, pero las cifras hablan por sí solas: hay un bar por cada 46 habitantes.

Lo mejor es que eso no le resta encanto. Sallent de Gállego es una de las localidades más bonitas de Huesca y uno de los destinos de montaña más completos del país: combina tradición, naturaleza, gastronomía, deporte y turismo.

Situado a poco más de dos horas en coche desde Lleida, su ubicación es perfecta para desconectar de la gran ciudad y respirar aire limpio, sin renunciar a tomar una caña o disfrutar de un buen ágape en algunos de sus bares.

Dónde está

Sentarse en una de sus terrazas permite contemplar la belleza del entorno del valle de Tena, un territorio dominado por picos que superan los 2.500 metros y bosques mixtos. Y, a pocos pasos, descubrir un patrimonio medieval muy bien conservado.

Su casco antiguo, compacto y lleno de rincones fotogénicos, concentra buena parte de la actividad social, que se multiplica gracias a la gran cantidad de bares, restaurantes y terrazas.

Al lado de Formigal

Estos pequeños negocios gastronómicos son uno de los motores económicos del lugar. Aunque hay un secreto que explica su abundancia: muy cerca se encuentra otro núcleo turístico, la estación de esquí de Formigal-Panticosa.

Durante los meses de invierno, el pueblo se llena de aficionados al esquí y al snowboard, lo que explica en parte la alta densidad de bares. Muchos de estos establecimientos funcionan como punto de reunión de esquiadores que regresan de la montaña, pero también como espacios habituales de socialización para los residentes.

Vistas de Sallent de Gállego WIKIPEDIA

Pero Sallent de Gállego es mucho más que bares y esquí. Todo rezuma Pirineo y arquitectura típica de montaña. Basta empezar a pasear por sus calles estrechas para darse cuenta.

Las casas son todo lo que uno espera de un lugar así: muros de piedra, tejados de pizarra y chimeneas que dibujan un velo gris en el cielo, transmitiendo una sensación de calidez y hogar.

Qué ver en Sallent

Entre los edificios principales destaca la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XVI. El templo es uno de los ejemplos más destacados del gótico tardío en Aragón y cuenta con un valioso retablo renacentista y un campanario fácilmente reconocible desde buena parte del valle.

Frente al templo se encuentra el puente medieval, de un solo arco, uno de los símbolos del pueblo. Cruza el río Gállego y sirve de acceso histórico al núcleo urbano, donde se concentran numerosos bares.

Qué hacer

Y si se mira hacia fuera, aparecen los Pirineos y el embalse de Lanuza, una lámina de agua alargada situada entre montañas que cambia de color según la época del año.

Se trata de un espacio tranquilo, ideal para pasear, observar aves, practicar kayak o simplemente contemplar el entorno. La presencia del agua forma parte esencial de la identidad del pueblo.

Vista aérea de Sallent de Gállego SALLENT DE GÁLLEGO

Además, allí se celebra uno de los eventos del verano en la zona. Con la llegada del calor, el embalse acoge el Festival Pirineos Sur, uno de los encuentros culturales más importantes del Pirineo.

Durante varias noches, un escenario flotante recibe conciertos al aire libre con el anfiteatro natural de montañas como telón de fondo. Una experiencia poco conocida que ofrece música sin bullicio y en un ambiente fresco, perfecto para el verano.

Rutas de senderismo

Más allá del lago se extienden los Pirineos y sus bosques. La ubicación de Sallent permite acceder a algunas de las rutas más populares del valle de Tena. Una de las más visitadas es la caminata al Salto, una cascada de fácil acceso ideal para familias.

Los senderistas más experimentados tienen opciones más exigentes, como las ascensiones al Pico Arriel o al Balaitús, uno de los tresmiles emblemáticos del Pirineo. También destacan los ibones de Anayet, un conjunto de lagos de origen glaciar situados al pie del pico del mismo nombre, muy apreciados por su paisaje alpino.

Cómo llegar

Llegar a Sallent de Gállego desde Lleida es un viaje de unas dos horas y veinte minutos. El camino más sencillo es tomar la A-22 hacia Huesca. 

Tras pasar por Barbastro, debe enlazarse con la A-23 en dirección a Sabiñánigo y, desde allí, continuar por la N-260 hacia el valle de Tena. El desvío por la A-136 permite llegar directamente al destino.

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