Piscina de verano más alta de Cataluña La Molina
Pocos lo saben, esta es la piscina de verano más alta de Cataluña: en las montañas pirenaicas, climatizada y a bajo coste
Este increíble enclave de altura se convierte en el refugio perfecto para refrescarse en los calurosos días de verano y disfrutar de un bello paisaje natural
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El verano invita a buscar refugios frescos donde escapar del calor sofocante de la ciudad. Muchos piensan en la playa o en piscinas urbanas, pero existe una alternativa diferente y sorprendente: un espacio acuático en plena montaña, rodeado de naturaleza, aire puro y paisajes que parecen sacados de una postal alpina.
Imagínate disfrutar de un baño relajante a más de 1.600 metros de altitud, con el murmullo de los bosques como banda sonora y el horizonte dibujado por las cumbres del Pirineo. Una experiencia única que combina relax, aventura y frescura en un solo destino.
Un chapuzón distinto, en lo más alto
Hablamos de La Molina, enclave considerado como la piscina más alta de Cataluña. Su principal atractivo es que, además de encontrarse en plena montaña, está climatizada, lo que permite bañarse cómodamente incluso cuando la temperatura del entorno se mantiene fresca, entre los 15 y los 20 grados en los días de verano.
Piscina La Molina La Molina
Esa combinación de aire puro, vistas espectaculares y agua siempre a la temperatura perfecta convierte la visita en un plan inolvidable para familias, grupos de amigos o viajeros en busca de experiencias diferentes.
La piscina se ubica junto a una amplia zona de césped, ideal para extender la toalla, tomar el sol o simplemente tumbarse a disfrutar del silencio de la naturaleza. A escasos metros también se encuentra un restaurante de montaña, El Bosc, donde completar la jornada con una comida casera, lo que facilita pasar allí un día entero sin preocuparse de nada.
Horarios y precios para todos
La piscina abre sus puertas desde finales de junio hasta principios de septiembre de forma ininterrumpida, de 11 de la mañana a siete de la tarde.
Una vez llega septiembre, el horario se reduce a los fines de semana y festivos, alargando la temporada hasta el primer fin de semana de octubre. Esto significa que incluso cuando en la ciudad ya se respira ambiente otoñal, aquí todavía es posible darse un último baño en un escenario único.
El precio de entrada es muy asequible: seis euros para los adultos y cinco euros para niños y personas mayores. Los más pequeños, hasta tres años, acceden gratis.
Además, existe una tarifa reducida de tarde, disponible a partir de las 14 h, que permite disfrutar de todo el entorno por apenas tres euros y medio. Una opción perfecta para quienes dedican la mañana a una excursión y buscan rematar la jornada con un baño reparador.
Más que una piscina: un centro de experiencias
Aunque darse un chapuzón a 1.650 metros de altitud ya resulta un plan diferente por sí mismo, el entorno ofrece muchas más actividades pensadas para todos los gustos.
Quienes viajan en familia pueden descubrir un pequeño parque acuático natural en el lago cercano, donde se alquilan kayaks, bicicletas y patinetes acuáticos. Los más aventureros tienen a su disposición circuitos de bicicleta de montaña de diferentes niveles y un Bike Park con descensos que atraen cada verano tanto a aficionados como a profesionales.
Incluso se ha incorporado un circuito oficial tras la celebración de competiciones deportivas, lo que convierte la zona en un referente para los amantes del ciclismo.
Para quienes prefieren la tranquilidad, la estación de montaña ofrece senderos señalizados, un telecabina panorámico y paseos en telesilla que permiten alcanzar miradores con vistas inigualables del Pirineo catalán.
También existen experiencias interactivas como la ruta de la fauna en realidad aumentada, perfecta para aprender sobre el entorno natural de una forma divertida.
Los niños disponen de tubbing, camas elásticas, circuitos de aventura entre árboles y hasta segways adaptados a su edad.
Y lo mejor es que la estación cuenta con un centro especializado en deportes adaptados, lo que asegura que personas con discapacidad también puedan disfrutar plenamente de la oferta de actividades.
Cómo llegar
Una de las ventajas de este destino es que resulta accesible tanto en coche como en transporte público.
La línea R3 de Rodalies conecta Barcelona con Puigcerdà y tiene parada en la estación de montaña, lo que facilita el acceso sin necesidad de vehículo propio. Desde allí, un corto trayecto permite llegar a la zona de actividades y, por supuesto, a la piscina de verano.
Ya sea que busques refrescarte tras una excursión, pasar un día diferente en familia o simplemente relajarte lejos del bullicio, esta experiencia es una de las joyas más especiales que el verano guarda en Cataluña.