Gorg d'en Fitó

Gorg d'en Fitó SANT LLORENÇ DE MUNT

Viajes

La piscina natural oculta en Barcelona: se llega por una ruta sin señalizar y caminando sobre las aguas

Esta impresionante poza tiene una zona de descanso gracias a las rocas que la rodean

Más información: La ruta de 30 minutos que lleva a una de la cascada más bonitas de Cataluña: un espectáculo natural en el interior de Girona

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Cuando el calor aprieta en Barcelona, millones de personas buscan alivio en las playas urbanas o en piscinas municipales atestadas de bañistas. El problema es que todas ellas están atestadas de gente.

La opción de ir a la costa central, ya sea de Garraf o Maresme, supone un viaje en tren repleto de gente, pero es que ir hacia la Costa Brava o Daurada en coche es sinónimo de retenciones. De allí que una buena piscina natural sea una solución viable.

No hace falta irse muy lejos de la capital catalana para encontrar una poza espectacular. Hay rincón oculto, refrescante y algo salvaje a menos de una hora de la ciudad, donde el agua baja tan limpia y fría que estremece la piel incluso en julio. 

Para llegar hasta allí no basta con seguir una pista forestal ni un sendero bien señalizado: hay que caminar entre ruinas industriales, abrirse paso entre arbustos y, sobre todo, atreverse a cruzar el río Ripoll saltando de piedra en piedra o sobre troncos improvisados. 

Dónde está

Así se accede al Gorg d’en Fitó, la piscina natural más secreta del Vallès, y posiblemente de toda la provincia de Barcelona. Ubicado en el término de Castellar del Vallès, en la ribera del río Ripoll, este gorg o poza de agua dulce es uno de esos tesoros fuera de las guías turísticas. 

Aquí no hay turistas, pero tampoco hay merenderos ni chiringuitos. Ni siquiera hay señales indicadoras. Solo quien conoce el camino puede llegar, y el precio de entrada es la voluntad de caminar, mojarse los pies y saltar sobre las piedras del río. 

Gorg d'en Fitó

Gorg d'en Fitó LLIÇÀ DEL MUNT

Una ruta por el pasado industrial de Cataluña

La ruta comienza en uno de los múltiples senderos que siguen el curso del Ripoll desde Castellar. Los visitantes caminan entre chopos, álamos y sauces que ofrecen sombra generosa. Por el camino, la compañía de libélulas, pájaros carpinteros, ranas y peces pequeños es más que probable. 

A lo largo del itinerario, surgen ruinas de antiguas fábricas textiles, acequias cubiertas de musgo y viejos canales de agua que relatan el pasado industrial del Ripoll. Por suerte o por desgracia, esas industrias están en desuso, pero así se ha podido recuperar el agua clara del río.

Caminar sobre las aguas

Tras varios kilómetros, el sendero se vuelve más agreste. No hay puente oficial para alcanzar la orilla opuesta del Ripoll, así que hay que improvisar: algunos cruzan sobre grandes piedras a modo de escalones sumergidos, otros equilibran el paso sobre un tronco caído. Eso sí, si ha llovido en los días anteriores, igual toca mojarse los pies.

El Gorg d’en Fitó aparece, finalmente, como una sorpresa. Es un remanso ancho y profundo del río donde el agua descansa tranquila entre paredes de roca. Un pequeño salto de agua le da el toque exótico. 

Cómo es esta piscina natural

En verano, incluso en días abrasadores, la temperatura del agua se mantiene fresca, mucho más que las aguas mediterráneas de la costa catalana. Además, se agradece esta temperatura tras la caminata hacia la poza.

Quien tema el baño, que no se preocupe, las rocas que rodean el gorg funcionan como improvisadas terrazas donde tomar el sol o descansar. En un lateral también hay una pequeña cueva, apenas un saliente abovedado donde se acumula la sombra más oscura y fresca. Cuesta creer que Barcelona queda a menos de 40 kilómetros.

Cómo llegar

De hecho, se llega fácilmente. Basta con ir por la C-58 en dirección Sabadell/Terrassa y tomar la salida hacia la C-1415a en dirección Castellar del Vallès.

Una vez en el núcleo urbano, se debe seguir las indicaciones hacia Sant Llorenç Savall y buscar la zona del Camí del Riu Ripoll. Allí se puede aparcar sin problemas en una zona habilitada.