Mejor que Le Barcarès: el mágico pueblo de Navidad, a 1 hora de Cataluña, que recomienda National Geographic
- El pueblo se encuentra en Francia donde se realizan actividades para toda la familia
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Nos encanta ir a pueblos navideños porque ofrecen una experiencia mágica que parece sacada de un cuento. Durante la Navidad, estos pequeños pueblos se transforman en auténticos refugios de calidez y encanto, donde la tradición y el espíritu festivo se viven en cada rincón. Sus calles se llenan de luces brillantes, adornos navideños, mercadillos pintorescos y el aroma de castañas asadas y de dulces típicos que flotan en el aire.
La belleza de estos pueblos radica en su autenticidad, en cómo conservan sus costumbres y sus celebraciones tradicionales, pero al mismo tiempo nos invitan a participar en ellas de manera cercana. Los mercadillos con sus puestos de artesanía, regalos hechos a mano y productos locales, nos permiten descubrir detalles únicos y llevarnos un pedazo del lugar. Además, es común encontrar eventos como conciertos de villancicos, representaciones teatrales o desfiles, que nos sumergen en un ambiente festivo que parece detener el tiempo.
El pueblo navideño francés
A poco menos de una hora y media de la frontera con Francia se encuentra Narbona (Narbonne), una encantadora ciudad medieval de gran valor artístico e histórico que por estas fechas se transforma en un mágico destino navideño. Sus calles se llenan de luz y de color, en sus plazas se respira el aroma de los crêpes dulces y el vino caliente, y junto a su canal se despliega un maravilloso mercadillo que no cierra hasta la Noche de Reyes. Así nos lo explica la revista National Geographic.
A orillas del Canal de la Robine, en la emblemática Promenade des Barques, se instala, cada año, el mercadillo navideño de este precioso pueblo. Cuenta con más de 30 casetas de madera que ofrecen productos que van desde artesanías y velas decorativas hasta recuerdos de la ciudad para aquellos que deseen llevarse algo especial. Además, tienen una gran variedad de puestos de comida con: quesos, dulces, pretzels (una especie de galleta en forma de lazo), brioches de Noël, churros con chocolate, crêpes y vino caliente. El espacio alberga varias atracciones como el carrusel, la montaña rusa o el trenecito; cuyas entradas oscilan entre los 2 y los 5 euros.
Emoción e ilusión en Narbona
Para los que buscan algo más de aventura, está La Patinoire, una pista de patinaje sobre hielo ubicada cerca del mercadillo, que destaca por utilizar hielo sintético en lugar de hielo natural. El acceso a la pista cuesta 3 euros (con patines incluidos) y permite disfrutar de 45 minutos de patinaje en un entorno festivo. La pista está abierta todos los días, excepto el 24, el 25 y el 31 de diciembre y 1 de enero.
Otro atractivo navideño muy popular es la Casa de Papá Noel, ubicada en el número 13 de la Benjamin-Crémieux. Este espacio recrea el hogar de Santa Claus, con decoraciones fantásticas y personajes vestidos de Navidad que acompañan a los visitantes durante su recorrido. Los niños pueden entregar su carta a Papá Noel y hacerse fotos con él. La entrada cuesta 7 euros y está abierta desde el 2 hasta el 24 de diciembre.
Finalmente, uno de los eventos más impresionantes de la Navidad en Narbona es Les parcours luminéux des fériees de Narbonne, un espectáculo de video mapping, música y luces proyectado sobre el Palacio de los arzobispos. Este mágico show, creado por la artista Christina Salès, tiene lugar del 16 al 24 de diciembre, entre las 18 h y las 20 h. Podrás observar el hermoso patio interior del palacio, el claustro y podrás admirar el majestuoso árbol de Navidad que se alza frente al palacio.