Castillo de Montsoriu

Castillo de Montsoriu GENCAT

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El castillo del siglo XI escondido en un desconocido pueblo de Girona: el mejor conservado de Cataluña

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Nos encanta la idea de descubrir nuevos castillos en Cataluña y explorar sus rincones llenos de historia y misterio. Cada uno tiene su propio carácter y narrativa, desde fortalezas medievales hasta palacios renacentistas, que nos permiten viajar en el tiempo y experimentar el pasado de una manera única. Nos fascina la sensación de estar rodeados por murallas centenarias, de caminar por pasillos empedrados y de imaginarnos las vidas de los caballeros, reyes y habitantes que una vez poblaron estos imponentes edificios. 

El castillo mejor conservado de Cataluña

Se trata de uno de los castillos más íntegros y mejor conservados de Cataluña, posiblemente porque no han llegado las grandes oleadas de turistas.

La fortaleza de Montsoriu está reservada para los amantes de la historia, los curiosos de la cultura catalana o aquellos que sienten la necesidad de descubrir qué es esta imponente edificación que se erige en el horizonte, en pleno corazón del Montseny. Nos referimos al Castillo de Montsoriu, una fortaleza defensiva que se alza majestuosamente sobre una colina de 650 metros de altitud, dentro del Parque Natural del Montseny, cargada de historias y leyendas. Pero mejor vamos paso a paso.

Un poco de historia

La historia del Castillo de Montsoriu se remonta al año 1002, cuando se registró la donación de tierras al monasterio de Sant Cugat del Vallés. Su construcción comenzó en el contexto del matrimonio en el 1033 de Ermessenda de Montsoriu y Guerau de Cabrera, quienes fueron los fundadores del monasterio de San Salvador de Breda.

Durante los siglos posteriores, el castillo vivió períodos de esplendor bajo el dominio de los vizcondes de Cabrera. Sin embargo, la familia enfrentó momentos turbulentos, como la ejecución de Bernat II en 1364, quien fue decapitado tras ser acusado de traición. La lucha continuó con su hijo Bernat III, quien tras varios conflictos, logró restaurar las posesiones familiares gracias a acuerdos con Pedro IV en 1372 y 1381.

A lo largo de los siglos, el castillo sirvió como residencia de importantes figuras nobles, reyes y vizcondes, lo que lo convirtió en un objetivo estratégico durante diversas contiendas, como el ataque de los franceses en el 1285. A pesar de los daños sufridos, la fortaleza resistió el asedio. No fue hasta el paso del tiempo que el castillo comenzó a caer en abandono. A partir del siglo XV, su importancia decayó cuando la familia Cabrera trasladó su residencia al Castillo de Blanes, y los efectos de la guerra de las Remensas (1462-1472) contribuyeron a su deterioro.

En los siglos siguientes, el castillo cambió de manos, siendo ocupado por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) y la Primera Guerra Carlista (1833-1840). Desde el 1998, el castillo pertenece al Consejo Comarcal de la Selva, que trabaja para preservar su legado en medio de la belleza natural del Montseny. Hoy, sus imponentes murallas románicas, las torres que se alzan y el interior gótico, que en su tiempo fue una lujosa residencia, siguen en pie como vestigios de su pasado glorioso. Gracias a continuas reformas, el castillo puede ser visitado y sigue siendo un testimonio de una época de gran historia y esplendor.

Leyendas del castillo

Como no podría ser de otra manera, el Castillo de Montsoriu está rodeado de leyendas fascinantes. Una de las más conocidas cuenta que, en la noche de Sant Joan, aparece una dama desnuda en una de las torres del castillo. En una mano sostiene una antorcha encendida y en la otra un cuerno de caza. Al tocar el cuerno, surge un caballero montado en un caballo negro, quien se acerca, monta a la Dama Roja y ambos desaparecen en la oscuridad. 

Se cuenta, también, que a medianoche de la noche de Sant Joan, cuando las campanas de la población de Breda comienzan a sonar, una puerta secreta del castillo se abre. En ese momento, quien quiere probar suerte y ganar una fortuna, puede entrar en la fortaleza al sonar la primera campanada, recoger un saco de trigo y salir antes de la última campanada. La condición es que no se debe mirar el contenido del saco, pues si se hace, el trigo se convertirá en arena y perderá su valor. Si se logra salir a tiempo, el trigo se transformará en oro, prometiendo una recompensa milagrosa para quien consiga cumplir el desafío.

Otra historia cuenta que cerca del castillo, en una roca, se encuentra una huella marcada por doña Guilleuma, una mujer que fue condenada por sus pecados a vagar como un alma errante entre las ruinas de la fortaleza. Su presencia estaba asociada a tormentas violentas y lamentos aterradores que afectaban las cosechas locales. Desesperada, la gente del pueblo pidió ayuda al obispo, quien utilizando agua bendita, logró conjurar los espíritus malignos y le dio a Guilleuma un plazo para redimirse. La mujer, guiada por una extraña fuerza, se arrojó al Gorg Negre de Gualba, dejando una huella imborrable en la roca como testimonio de su trágica historia.

Cómo llegar

Desde Barcelona, el viaje es de una hora y cuarto en coche. Se debe ir por la AP-7 en dirección a Girona/Francia. Después de unos 60 kilómetros, se toma la salida 10 hacia Hostalric y se sigue por la carretera C-35 en dirección a Arbúcies. Una vez en la C-35, se continúa durante unos 5 kilómetros hasta encontrar el desvío hacia Breda. Desde allí, se sigue la carretera GI-552 hasta llegar al aparcamiento habilitado para el castillo, que se encuentra señalizado a lo largo del camino.

Desde de aparcar, se ha de andar unos 30-40 minutos por un sendero señalizado que lleva directamente hasta la fortaleza. Se encuentra en la carretera de Fogueres, s/n, en Arbúcies-Sant Feliu de Buixalleu.