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Los paisajes otoñales en Cataluña son verdaderamente maravillosos y evocan una belleza única, donde la naturaleza se transforma en una paleta de colores cálidos y vibrantes. Durante esta estación, los bosques de los Pirineos catalanes, el Montseny o La Garrotxa se tiñen de tonos dorados, ocres y rojizos, creando un espectáculo visual que contrasta con el azul del cielo y el verde de los pinos. Las hojas caen, lentamente, cubriendo el suelo como alfombras naturales que invitan a paseos tranquilos y relajantes. 

Además, el otoño en Cataluña es una época ideal para disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor, ya sea haciendo senderismo, recorriendo los pueblos medievales o explorando parques naturales como el de Aigüestortes

El desconocido hayedo catalán

Si queremos disfrutar de un bonito paisaje catalán, has de visitar el bosque de la Grevolosa, en San Pedro de Torelló, Barcelona.

Este hayedo atrae a los espíritus libres, puesto que sus caminos están menos señalizados y permiten explorar la zona sin toparse con demasiados senderistas. El terreno no es tan llano como en la Fageda d'en Jordà. Este está entre las montañas del Collsacabra y el Puigsacalm y es un hayedo con mucha pendiente.



Se encuentra a unos 1.000 metros de altitud, aunque la densidad del bosque impide observar las vistas a no ser que se haga un pequeño esfuerzo para subir a alguno de los picos accesibles de los alrededores, como el Puig de les Àligues o el Puig Curull. Desde allí se obtiene una comprensión del bosque de una espectacular panorámica de 360 grados. Colores amarillos y rojizos se extienden sobre la montaña gracias a árboles caducifolios como el haya o el roble, pero también de arbustos como el acebo (grèvol en catalán), del que toma su nombre el lugar.

Haya de la Grevolosa WIKIPEDIA

Fauna y flora

El bosque de la Grevolosa constituye el hábitat más adecuado de varias especies de fauna protegida, como el picamaderos negro: un pájaro que necesita árboles grandes como estos para hacer su nido; tambíen predominan el trepador azul y el carbonero palustre.



Escuchar el bosque es uno de los grandes placeres en este rincón, donde algunos árboles, de gran altura, parecen a punto de ceder a la gravedad. 

Este hayedo tiene tres árboles centenarios que fueron declarados monumentales en el año 1991. Es recomendable no salir de los márgenes del camino porque el exceso de hoja pisada compacta la tierra y puede favorecer procesos de erosión. 

Picamaderos negro WIKIPEDIA

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