Descubrir los pueblos de interior de Cataluña es como abrir una ventana al pasado, donde la autenticidad y la tranquilidad predominan bastante. Estos pequeños pueblos, rodeados de montañas, ríos y campos, ofrecen una conexión íntima con la naturaleza y con las tradiciones más arraigadas de la región. Caminar por sus calles empedradas, muchas veces flanqueadas por casas de piedra y balcones llenos de flores, es sumergirse en una atmósfera donde el tiempo parece detenerse.
Aquí, se respira una calma que contrasta con el bullicio de las ciudades, invitando al visitante a relajarse, a disfrutar del silencio y a observar los pequeños detalles que hacen de estos lugares algo especial.
Un municipio con encanto rural
Uno de los pueblos de interior catalán más bonitos, por descubrir, es Rajadell, un municipio de la comarca del Bages, en Barcelona. Lo forman seis núcleos de población: Sant Salvador de Vallformosa, Monistrolet de Rajadell, la Estación, las Casitas, los Molinos y el Núcleo Antiguo. Se conocen dos cuevas sepulcrales del período prehistórico: 'la balma dels Moros' y la 'balma de mas Bosch' con un tipo de enterramiento correspondiente al período entre el neolítico y la Edad del Bronce.
El topónimo del nombre de Rajadell es derivado del latín Rivo Agello o del árabe y el sufijo románico ell se refiere a una corriente de agua y a unos pequeños campos.
El lugar está documentado desde el año 1025 y el castillo de Rajadell desde el 1063. Entre los siglos XII y XVI perteneció a la familia Rajadell; luego pasó a los Cruïlles y, finalmente, a los Aimeric y Pignatelli, marqueses de Sant Vicenç y de Argençola. Desde el siglo XIV, había un monasterio agustiniano, fundado primero en Sant Miquel de Maçana y trasladado, en el mismo siglo, a Santa Llúcia de Rajadell.
Qué debes saber sobre Rajadell
Rajadell cuenta con una población de 571 habitantes, según datos del INE del 2023. Su base económica es la agricultura de secano y la ganadería. Recientemente, se ha convertido en un pueblo de veraneo y de segundas residencias, por lo que es una buena opción para desconectar del mundanal ruido de la ciudad. Además, es ideal ya que no recibe un gran turismo masificado, por lo que puedes andar por sus calles sin temor a encontrarte con cientos de visitantes que buscan tomar siempre la misma fotografía.
¿Qué puedes ver en Rajadell? Por ejemplo, el castillo, que es el bien patrimonial más emblemático de la población, del siglo XVII, y además, es uno de los más grandes y bien conservados de la comarca.
En el núcleo antiguo encontrarás la iglesia de Sant Iscle y Santa Victoria, de los siglos XIV y XVII. También, en la plaza de la Iglesia podrás ver 'La chica de la plaza', es decir, una escultura de una chica que ofrece una silla a los visitantes de la misma, hecha por el escultor manresano Ramon Oms y que refleja la tradición hospitalaria de la gente del pueblo. En la plaza también hay una fuente, en homenaje a los Bastoneros de Rajadell, una entidad con mucha historia.
Además, si te gusta el vino, en Rajadell hay más de 306 bodegas, que conservan el valor y la tradición de la producción del vino, junto con las conocidas como cabañas de viña.