Hay a quien le gusta visitar cementerios. El silencio místico de esos lugares y la energía que se desprende de los cientos de historias que descansan bajo el suelo atrapa, para bien o para mal, a todos los visitantes que ponen los pies en ellos.
El encanto de los lugares abandonados es difícil de explicar. La sensación de que se para el tiempo y accedemos a un lugar secreto, y el silencio sepulcral de todos esos sitios que algún día se habitaron, pero ahora sólo nos miran...
Hay pueblos que el mundo abandonó porque sus vecinos se fueron a la ciudad en busca de una vida mejor. En cambio, hay algunos que, lamentablemente, han quedado abandonados y casi olvidados por el horror de la guerra.
En España hay varios pueblos que están así. Uno de los más famosos está en Aragón. Belchite pasó a la historia por el terrible bombardeo que acabó con todo un pueblo. Iglesia incluida. Por eso, y por el campo de concentración que los franquistas establecieron a sus afueras para construir un nuevo Belchite. Pero en Cataluña hay un caso similar.
Poble Vell de Corbera d'Ebre, el más bonito
Ubicado en la provincia de Tarragona y declarado Bien de Interés Cultural, este municipio en ruinas es un testigo vivo de su pasado, especialmente de un capítulo oscuro de la historia de España. Se trata de Corbera d’Ebre.
A este pueblo del interior tarraconense se puede ir de visita. Pero si uno sigue las instrucciones de Google Maps llegará al municipio renovado al más puro estilo Belchite. Un poco más allá es donde se encuentra abandonado el viejo pueblo.
La historia de Poble Vell
La historia del llamado Poble Vell se entrelaza con esos dramáticos eventos que marcaron España. En 1938, durante la batalla del Ebro, el pueblo quedó atrapado en medio del fuego cruzado entre las fuerzas republicanas y las tropas franquistas.
La brutalidad de la guerra obligó a sus habitantes a tomar una difícil decisión: huir para salvar sus vidas. Abandonaron sus hogares, sus pertenencias y su vida cotidiana, dejando atrás un pueblo que, en ese momento, se sumía en la desolación.
La Guerra Civil dejó a Poble Vell de Corbera d'Ebre en ruinas, destruyendo gran parte de su patrimonio histórico y cultural. Sin embargo, el espíritu de este lugar ha perdurado a pesar de la devastación.
Hoy en día, los visitantes pueden explorar sus calles vacías y contemplar los edificios que resistieron el paso del tiempo. Uno de los lugares más notables es la iglesia de Sant Pere, una estructura arquitectónica impresionante que ha sido restaurada y reconvertida en un centro cultural. Este edificio es un símbolo de la resistencia y la voluntad de preservar la historia de este pueblo abandonado.
Homenaje a la batalla del Ebro
Antes de entrar a la iglesia, uno se encuentra con La bota, una escultura en forma de poema visual que se instaló en la plaza para conmemorar y recordar a los caídos en la guerra cuando se cumplían 50 años de la batalla del Ebro.
Por su parte, el artista local Jesús Pedrola y el Patronato del Pueblo Viejo se encargaron de ubicar la llama permanente en recuerdo del pueblo caído en la guerra. Algo muy parecido de lo que sucede con el Abecedario de la Libertad, un conjunto escultórico formado por 28 obras de 25 escritores y poetas que con cada letra del abecedario cantan a la libertad con una serie de esculturas.
En el viejo pueblo también se halla el Monumento a las Brigadas Internacionales, inaugurado en octubre del año 2000. La obra del artista José Luis Terraza se compone de cinco columnas de hierro que representan a los cinco continentes de los que eran originarios los hombres y mujeres que formaron parte de este grupo militar que ayudó a la República.
Por último, una placa recuerda al batallón británico conocido como el XV BI que recuerda a los 23 voluntarios británicos que, junto con más de 175 camaradas españoles de este comando fallecieron el 21 de septiembre de 1938, horas antes de que el gobierno de la República.
Se puede decir, entonces, que Poble Vell de Corbera d'Ebre no está tan abandonado. Pero no lo está pasada la dictadura. Con la llegada de la democracia, los diferentes gobiernos municipales han querido recordad su trágica historia y rendir homenaje a sus fallecidos.
Es por eso que Corbera bien merece una visita, porque a pesar de permanecer abandonado, casi intacto, supone una experiencia conmovedora que permite reflexionar sobre el impacto de la guerra en las comunidades locales y honrar la memoria de quienes vivieron allí en tiempos de conflicto.
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