No es Paseo de Gracia: las casas modernistas más bonitas y bien conservadas están a 50 minutos de Barcelona

Nos gusta ver el modernismo en las calles porque este estilo arquitectónico y artístico nos envuelve en una atmósfera única, donde la creatividad y la innovación se fusionan con la belleza y la funcionalidad. El modernismo, floreció a finales del siglo XIX y principios del XX, y se caracteriza por sus formas orgánicas, líneas curvas y detalles decorativos inspirados en la naturaleza.

Al caminar por una ciudad que abraza este movimiento, nos encontramos con edificios que parecen obras de arte vivas, llenas de color, mosaicos, vitrales y esculturas que despiertan nuestra imaginación.

Un bonito pueblo en la comarca del Vallés Oriental

Nos gusta tanto el modernismo que hemos pensado que has de descubrir este maravilloso pueblo a tan solo 50 minutos del centro de Barcelona y situado en la comarca del Vallés Oriental: La Garriga. Limita con el Parque Natural del Montseny y está atravesado por el río Congost, un afluente del Besós.

Es conocida, en toda Cataluña, por sus industrias más importantes: muebles, aguas termales, alfombras que se realizan durante la fiesta del Corpus Christi y, sobre todo, edificios modernistas.

Vista de La Garriga desde la Doma WIKIPEDIA

Residencias de verano en La Garriga

¿Qué hacer un caluroso día de verano? ¿Ir a la playa? No, ir a ver los edificios modernistas de La Garriga. Además, seguro que te encuentras a menos gente de lo normal puesto que la mayoría está de vacaciones.

La primera gran pregunta que nos hacemos es: ¿por qué hay tanta arquitectura perteneciente a este movimiento? Esto se debe a la llegada de burgueses de Barcelona, a finales del siglo XIX, que trajo consigo una gran pasión por las construcciones modernistas.

Esgrafiados fachada norte en Torre Iris WIKIPEDIA

Gran parte de la responsabilidad, de la llegada de este movimiento, se debe a Manuel Joaquim Raspall i Mayol, arquitecto municipal de La Garriga y de gran parte de los municipios del Vallés.

A finales del siglo XIX, la Revolución Industrial da lugar a un aumento de la contaminación en la ciudad por las fábricas y por el repentino incremento de población con la llegada de la mano de obra desde toda Cataluña. La recomendación de los médicos a los burgueses es salir de la ciudad a 'hacer salud' a La Garriga. Es por eso que, los burgueses traerán consigo los gustos de la ciudad y el dinero necesario para construir sus casas de veraneo. 

Illa Raspall

Con el nombre de Illa Raspall es conocido el conjunto de cuatro edificios aislados que configuran el espacio delimitado por el Passeig y las calles del Figueral, Caselles y Manuel J. Raspall.

Las casas que forman la Illa Raspall son, por orden cronológico, construidos entre el 1908 y el 1912: la casa Barbey, la Bombonera, la Torre Iris y la Casa Barraquer, que fueron declaradas Bienes Culturales de Interés Nacional en 1997.

Casa Barbey: es la obra máxima del arquitecto y la única que da a las cuatro calles. Tiene mosaicos -Sant Jordi-, hierro forjado en los balcones, cerámica vidriada, apliques cerámicos y persianas de libro, entre otros elementos.

Casa Barbey WIKIPEDIA

La Bombonera: destacan los esgrafiados con motivos florales, el trabajo de la madera en las persianas de llibret, los arcos de medio punto, elípticos y carpanells -por primera vez en la obra de Raspall- y el bonito farol de hierro y cristal impreso, así como la galería de la fachada de poniente.

Cristales modernistas de La Bombonera WIKIPEDIA

Torre Iris: La decoración exterior de la casa, siempre con tonalidades amarillentas, es, especialmente, destacable por los esgrafiados y los detalles de las rejas y el trabajo de la forja. En la fachada norte, toma importancia el balcón corrido, la barandilla del cual enlaza con el balcón triangular y revestido de trencadís en la planta superior.

Torre Iris WIKIPEDIA

Casa Barraquer: Es el edificio menos modernista de todo el conjunto. Los detalles decorativos están mucho más contenidos que en el resto de casas, tanto por lo que refiere a los esgrafiados, como a los detalles de los botones cerámicos vidriados como a la forja. La valla incluso es de perfil recto y no ondulado. En esta casa predominan las tonalidades azules, enlazando con la búsqueda de la mediterraneidad que proponía el incipiente noucentisme.

Casa Barraquer WIKIPEDIA