Cataluña destaca por sus 'gorgs' o, mejor dicho, por sus saltos de agua y por sus rutas de senderismo que embellecen el paisaje a cada paso que das. Entre tanta naturaleza, es ideal descubrir, un poquito más del territorio catalán y de esos pueblecitos que nos transmiten paz.
Estos saltos de agua, ya sean grandes o pequeños, se esconden en los rincones más remotos de su variada geografía. Desde los imponentes Pirineos hasta las colinas del prelitoral, hay un sinfín de cascadas esperando ser descubiertas por aquellos que buscan conectar con la naturaleza de una forma más sublime.
La joya de la corona del Berguedà
Si tuviéramos que destacar un gorg sería, sin duda, uno que se encuentra ubicado en el curso de la Riera de Mergançol en el Berguedà, con nada más y nada menos que 20 metros de altura.
Este salto de agua, que en su primer tramo tiene el nombre de Riera de Borredà, nace en Sant Jaume de Frontanyà y desemboca en el embalse de La Baells, en el río Llobregat. Es una ruta lineal de tres kilómetros y suele ser fácil, pero difícil si el cauce del río es elevado. Lo malo es que no está señalizada, así que podéis ir dejando miguitas de pan por el camino como Hänsel y Gretel. ¡Recordad, también, que hay que cuidar de la naturaleza, siempre! Se nota en las aguas, que lo bañan, que son muy limpias.
Llegaremos hasta allí a través de un camino que serpentea durante cinco minutos. No hay espacio para poner toallas o zonas donde comer.
Para acceder al gorg, si venimos en coche desde Berga dirección a Ripoll por la C-26, lo mejor es atravesar la población del Borredà y, justo a la salida, hay una explanada donde aparcar el coche. De ahí, sale un indicador, dirección Sant Jaume de Frontanyà y, entonces, la entrada al sendero del Gorg estará a unos 200 metros. Fácil, ¿no?